El proyecto transfronterizo corredor ecológico “Islas del Caribe Sur”. Fund Caribe Sur

El proyecto transfronterizo corredor ecológico “Islas del Caribe Sur”: una perspectiva desde Venezuela

José Ramón Delgado
Fundación Caribe Sur, Caracas, Venezuela
Juan Carlos Fernández
Fundación Caribe Sur, Caracas, Venezuela
Rafael Evelio García
Consultor para Áreas Protegidas
Edgard Alberto Yerena
Fundación Caribe Sur, Caracas, Venezuela
Universidad Simón Bolívar, Departamento de Estudios Ambientales,Sartenejas, Venezuela
E-mail contacto: eyerena@usb.ve

INTRODUCCIÓN

El Mar Caribe es una región de extraordinaria biodiversidad marina, uno de los grandes destinos turísticos del mundo y espacio de congestionadas rutas marítimas con gran importancia estratégica. Esta confluencia de características obliga a diseñar e implementar con prontitud estrategias efectivas de conservación y desarrollo sostenible de su biodiversidad. Por otra parte es sabida la carencia de áreas protegidas marinas y la necesidad de expandir su cobertura en espacios marino-costeros a lo largo y ancho del mundo, y más aún, garantizar que exista una conectividad de los procesos ecológicos que permita mantener tal biodiversidad.

Una iniciativa interesante es la del Sistema Arrecifal Mesoamericano, parte del cual ha sido reconocido como Sitio del Patrimonio Mundial Natural, y que aglutina esfuerzos de conservación entre varios países que comparten esa ecorregión marina, con el apoyo de organizaciones no gubernamentales (WWF, 2012). Otro caso importante es la voluntad manifestada por los gobiernos de Republica Dominicana, Haití y Cuba, por crear un corredor biológico entre las islas de Cuba y La Española (Sánchez, 2008).

En este contexto destaca, por su alta diversidad y su relativo buen estado de conservación, el complejo de ecorregiones del sur del Mar Caribe, denominado “Caribe Sur”, compartido entre el Reino de los Países Bajos (Aruba, Curazao y Bonaire) y Venezuela. En el presente artículo se analiza esta interesante iniciativa, que podría vincular y estrechar los lazos entre ambos países y generar un gran espacio de conservación dentro de un esquema de conectividad ecológica. Esta iniciativa posee un importante potencial para ser incluido en la Lista del Patrimonio Mundial Natural de la UNESCO, y en concordancia con las Metas de Aichi y el Pacto de los Océanos (Naciones Unidas, 2012), lo cual sería un paso significativo hacia la sostenibilidad de esta ecorregión de relevancia mundial.

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