COP27: Nuestra participación y opinión sobre el avance histórico alcanzado. Antonio De Lisio*

La COP27, realizada del 6 al 18 de noviembre, en Sharm El Sheikh, en el península del Sinaí, la sección asiática de Egipto, como las anteriores Conferencias de las Partes del Convenio de Cambio Climático,  fue evento multitudinario con 190 representaciones y delegaciones de países, más de 100 pabellones, 30 salas de conferencias, donde discutieron y debatieron los distintos temas clave del Cambio Climático: mitigación, adaptación, financiamiento, responsabilidades diferenciadas, pérdidas y daños, participación ciudadana, género y equidad, derechos humanos ambientales, salud de ecosistemas, juventud, entre los más destacados. De acuerdo con las cifras ONU participaron en el evento  más de 45.000 personas, en la gran mayoría miembros de la varias cientos de ONG acreditadas.

Nosotros participamos como parte de Climate Action Network Latin America (CANLA), en representación del proyecto Acción Climática, Agua y Salud que llevamos adelante dos ONG venezolanas: INVESP y Fundación Tierra Viva con el cofinanciamiento de la UE, en el Pabellón Euroclima el 14 de noviembre, fecha correspondiente al “DIA TEMÁTICO: AGUA, A PRUEBA DE RIESGOS CLIMÁTICOS: ¿CÓMO ADAPTARSE Y ASEGURAR LA CONTINUIDAD DE LOS SERVICIOS DE AGUA CON FLEXIBILIDAD FRENTE A UN MUNDO EN MOVIMIENTO?”. Fuimos la única representación de la sociedad civil latinoamericana en una jornada en la que compartimos con ONU Hábitat, el Banco Centroamericano de Integración Económica y los organismos responsables de la planificación territorial del agua en Ecuador, Colombia, El Salvador, Panamá.

En nuestra presentación titulada “Escuelas de lluvia: Educación Climática Sostenible en Venezuela” se mostraron los avances que hemos tenido en el país en la instalación de Cosechas de Agua de Lluvia, como el sistema de suministro de agua alternativo que mejor nos acopla al ciclo hidrológico local en sus distintas fases en la atmósfera, la hidrosfera, la litosfera y la biosfera. Se convierte en  la fuente de suministro más consustancial con metabolismo circular del agua terrestre, y por lo tanto la que mejor propicia la comprensión de que el agua es un recurso finito en el planeta. De tal manera que las cosechas constituyen  también un recurso de reeducación para propiciar la adaptación del ser humano a las oportunidades y constreñimientos del clima. Como bien se ha señalado en el último VI Informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, en inglés), la adaptación es tan importante como la mitigación a los Gases Efecto de Invernadero (GEI) en la meta de evitar que la temperatura del planeta se incremente en más de 1,5 grados centígrados con respecto a la existente en la etapa preindustrial de la historia humana.

Para potenciar este papel educativo, en el proyecto hemos privilegiado la instalación de las cosechas en los distintos colegios de las municipalidades donde tenemos presencia directa, Se ha querido poner a la vista de los adultos del futuro, quienes tendrán una gran responsabilidad en la consolidación de una salida civilizatoria frente al colapso holocénico, el sistema de tanques de almacenamiento de las aguas de lluvias que se recogen de los techos de las instalaciones educativas. Esperamos que en principio las y los estudiantes constaten el valor de las cosechas de agua de lluvia para satisfacer las necesidades humanas, y la importancia de un almacenamiento seguro para evitarlas condiciones propician la reproducción de vectores como el zancudo Aedes aegypti, el “patas blancas”. Recordemos que este es el vector transmisor  de  enfermedades como el dengue, chikunguya, zika, fiebre amarilla, de alta  incidencia durante los períodos de lluvia de verano astronómico, tantos en Venezuela como en el resto de  las Américas.

En general durante toda la jornada de debate del agua en el Pabellón Euroclima COP27 se le dio especial relevancia la necesidad de la investigación-acción climática. De manera particular hay que destacar las iniciativas que se están llevando a cabo en Ecuador, donde el gobierno central está descentralizando hacia las comunidades los recursos técnicos y económicos para la reducción de riesgo hidroclimático y mejora del acceso al agua. Desde la perspectiva del conocimiento y valorización de las funciones ecosistémicas,  importante los avances reportados  en  la Gobernación de Cundinamarca (Colombia) en el Programa de Incentivos a la Conservación, para preservar las distintas contribuciones de la naturaleza como lo es el propio ciclo hidrológico. Para la comprensión del ámbito territorial al que hay que atender para el manejo del metabolismo circular del agua en el planeta, ONU Hábitat, nos recordó la necesidad del manejo integral  de las cuencas hidrográficas articulando ciudad y campo. En su conjunto se trata de orientaciones y acciones de adaptación climática que pueden evitar llegar a situaciones críticas como las que se está presentando en Panamá, donde, de acuerdo con la presentación oficial del país en la jornada, el peor escenario de aumento de temperatura previsto al horizonte 2030, se ha adelantado y lo están viviendo en la actualidad. Panamá en estos momentos está llevando su Plan Nacional de Adaptación (PNA). Este instrumento tiene una especial relevancia para un país de bajas emisiones GEI totales y per cápita, pero con una muy importante de cobertura boscosa que cubre 68% de su territorio. En tal sentido hay que decir que los PNA propician la consolidación de una  arquitectura institucional para la participación de las naciones biodiversas en el mercado internacional de los bonos verdes y azules, útiles para la conservación de bosques y aguas respectivamente. Importante destacar en este sentido el interés que viene mostrando el Banco Centroamericano de Integración Económica en el incentivo de estos mecanismos del mercado climático en la subregión.

Con estas consideraciones de la jornada en la que estuvimos invitados en uno del centenar de pabellones de la COP27 hemos querido mostrar el carácter de los múltiples debates e intercambios que lo largo de dos semanas en Sharm El Sheikh. Para conocer el conjunto de asuntos tratados habrá que esperar una relatoría particular de lo acontecido entre el 6 y 18 de noviembre de 2022; sin embargo, en este momento sí podemos resaltar como gran resultado singular de excepcional valor de la Conferencia, la creación del Fondo Pérdida y Daños, después de más treinta años de esfuerzos (https://unfccc.int/news/cop27-reaches-breakthrough-agreement-on-new-loss-and-damage-fund-for-vulnerable-countries ). Tuvieron un papel fundamental en este logro el Grupo de los 77 (G77) + China, que con el apoyo de la sociedad civil muy activa en el debate, estuvo muy firme en su demandas frente a los países de mayor emisión de GEI. Es importante destacar que las pérdidas y daños generalmente pueden entenderse como los impactos negativos del cambio climático global  que ocurren a pesar de, o en ausencia de, mitigación y adaptación. Las pérdidas económicas y los daños son impactos negativos a los que podemos asignar un valor monetario. En las últimas 3 décadas ha venido siendo asumido como un asunto de negociación clave para los países del Sur global, por qué las pérdidas y daños:

  1. Ya se están experimentando
  2. Aumentarán con el aumento del calentamiento global
  3. Los sufren de manera desproporcionada los países en desarrollo y los grupos vulnerables, como las personas de clase socioeconómica baja, los grupos de inmigrantes, los ancianos, las mujeres y los niños.
  4. los enfoques internacionales, nacionales y subnacionales existentes son insuficientes

El nuevo Fondo especialmente debe estar dirigido a compensar a los Estados que menor responsabilidad tienen en el calentamiento global pero sufren sus mayores consecuencias  como las pequeñas islas, que corren el peligro de desaparecer incluso si la temperatura no aumenta más de 1,5 °C con respecto a la temperatura promedio de la etapa preindustrial. Existe el riesgo de una pérdida permanente e irreversible de la biodiversidad terrestre, marina y costera, así como de los servicios que brindan estos ecosistemas, como la protección de las costas frente a las tormentas y el apoyo a los medios de subsistencia, como la pesca. En general, se advierte  el riesgo de declive económico debido a pérdidas y daños, y el fracaso de sectores de los que dependen estas islas, como la agricultura y el turismo. Las pérdidas y los daños pueden conducir a una habitabilidad reducida de las islas, lo que significa que habrá desplazamiento o migración permanente de personas de sus hogares junto con pérdidas no económicas, como la pérdida del sentido de lugar, comunidad y cultura.

A nivel de continentes con el nuevo Fondo seguramente se privilegiará  a África. En todo el ámbito africano se proyectan graves pérdidas y daños proyectados debido a las emisiones GEI de los países industrializados como: la extinción y reducción de especies, la pérdida irreversible de ecosistemas y sus servicios, incluidos los ecosistemas de agua dulce, terrestres y oceánicos. Existen riesgos para la seguridad alimentaria, el riesgo de desnutrición y la pérdida de medios de subsistencia debido a la reducción de la producción de alimentos a partir de cultivos, ganado y pesca. También se debe incluir una mayor mortalidad y morbilidad humana debido al aumento del calor y las enfermedades infecciosas, las tasas de desigualdad y pobreza, el riesgo para la seguridad del agua y la energía debido a la sequía y el calor, y la reducción de la producción y el crecimiento económicos.

En definitiva, el acuerdo alcanzado para la creación del Fondo de Pérdidas y Daños, permitirá recordar a la COP27 de Sharm El Sheikh como un paso histórico y decisivo en la aceptación de las responsabilidades diferenciadas en el problema del calentamiento global. En el reconocimiento de las graves responsabilidades que tienen los países industrializados en el Cambio Climático y sus obligaciones para compensar los efectos nocivos que éste tienen sobre los países y estados altamente vulnerables a pesar de sus economías de bajas emisiones de GEI y caracterizadas por actividades por lo general adaptadas a las limitaciones y potencialidades naturales, entre ellas las condiciones locales de clima.

(*) Geógrafo, profesor UCV.