Balance de la COP27. Manuel Planelles

Ya estoy de vuelta de Sharm el Sheij, la ciudad egipcia donde se ha celebrado este año la cumbre del clima de Naciones Unidas, la conocida como COP27. De todas estas cumbres regreso con la misma sensación de perplejidad cuando se consiguen cerrar acuerdos en contextos tan difíciles como el de ahora (guerra en Ucrania, crisis energética y de precios, inseguridad alimentaria, enfrentamiento entre China y EE UU…) y a través de un sistema en el cualquiera de los casi 200 países que negocian (entre los que están los más emisores y los que viven y se enriquecen con los combustibles fósiles) puede bloquear todas las decisiones.

Eso sí, otra cosa es lo que se acuerda o no en estas citas. En esta ocasión, el resultado ha vuelto a ser insuficiente para encaminar al planeta hacia el calentamiento menos peligroso posible. Aunque, al mismo tiempo, se ha abierto la puerta para poder compensar a los países más vulnerables por las pérdidas y daños vinculadas a un cambio climático del que son los menos responsables. 

Hablar simplemente de éxito o fracaso de la cumbre supone eliminar tantos matices que puede resultar hasta ridículo. Así que os propongo aquí un balance con lo mejor, lo peor y varios temas que se abren ahora y que me parece que van a ir ganando peso en la agenda climática internacional en el corto y medio plazo.  Una actvista en la cumbre del clima que se celebra en Sharm el Sheij, en Egipto.

Una actvista en la cumbre del clima que se celebra en Sharm el Sheij, en Egipto. / SEDAT SUNA (EFE)

Lo más positivo

Todos los países acordaron la creación de un fondo de pérdidas y daños. De momento, es solo el compromiso de ponerlo en marcha y queda por definir mucho: cómo se alimentará (qué países y otros organismos deben contribuir), a qué naciones irá dirigido, qué cubrirá… Se abre un mundo de posibilidades y negociaciones porque, cuando se habla de pérdidas y daños, está casi todo por construir.

Dentro de ese término se pueden englobar los impactos vinculados a fenómenos extremos. Estos eventos (como inundaciones o sequías) siempre se han dado, pero la ciencia advierte de que aumentarán debido al cambio climático. Entonces, ¿qué fenómenos extremos cubrirá el fondo? Dentro de pérdidas y daños también se incluyen los eventos de largo recorrido, como las pequeñas islas Estado que podrían desaparecer debido al incremento del nivel del mar. ¿Se puede compensar económicamente la desaparición de una nación? ¿Cuánto cuesta eso? ¿Quién pagará el traslado de los millones de refugiados climáticos que viven en esas islas?

Estas son algunas de las preguntas que se abren ahora y que durante los casi 30 años de cumbres no se han abordado oficialmente. En la COP27, por primera vez se ha incluido un punto en la agenda oficial de negociaciones de pérdidas y daños y muy pocos esperaban que se saliera de Sharm el Sheij con el compromiso de crear ese fondo. De hecho, los países desarrollados no estaban por la labor, pero la presión en bloque del resto de naciones ha logrado este avance.

Además, en esta COP se han dado pasos importantes en estos otros asuntos:  

  • Sistema de alerta temprana. La ONU ha lanzado un plan para que todo el planeta esté cubierto por sistemas de alerta temprana. En esos momentos, un tercio de la población mundial vive en zonas que carecen de estos servicios fundamentales para salvar vidas porque permiten a la población reaccionar ante los fenómenos extremos. 
  • La vuelta de Brasil. El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha realizado su primer viaje oficial fuera de su país tras ganar las elecciones precisamente a la cumbre del clima. Y ha certificado el regreso de este país, clave en la lucha contra el cambio climático, a la batalla contra el calentamiento. Además, ha pedido a la ONU que la cumbre del clima de 2025 se celebre en la Amazonia.
  • El compromiso de EE UU con su objetivo para 2030. Joe Biden ha visitado también la COP27 justo después de las elecciones de mitad de mandato en su país. Los buenos resultados de los demócratas impulsan sus planes de desarrollo de las renovables y descarbonización. 
  • Europa irá más allá de sus objetivos para finales de la década. La Comisión Europea informó de que los planes que está poniendo sobre la mesa para la implantación de renovables y para limpiar el sector del transporte de emisiones, llevarán a la economía comunitaria a superar incluso sus objetivos para 2030. Para esa fecha el compromiso es haber reducido sus emisiones un 55% respecto a las de 1990, pero caerán al menos un 57%.  

Lo más negativo

Lo más negativo de la COP27 es que el objetivo más ambicioso del Acuerdo de París de dejar el calentamiento por debajo de los 1,5 grados Celsius se aleja. La UE intentó durante la cumbre que en la declaración final se hiciera un llamamiento robusto a que los países endurezcan sus objetivos para esta década, con la mirada puesta en China, para conseguir cumplir con esa meta. Pero, lejos de conseguirlo, en la recta final incluso hubo algunos intentos por dar por muerto ese objetivo y la UE amenazó con marcharse de la negociación.

  • Sin pico de las emisiones en 2025. Entre los objetivos que se había fijado la UE estaba también que en la declaración final se mencionara expresamente que el planeta debe alcanzar el pico de las emisiones de efecto invernadero en 2025, la vía que establece la ciencia para cumplir el objetivo de los 1,5 grados. Pero, ¿por qué es importante mantener la meta de los 1,5 grados? Porque “no podemos condenar al desagüe a aquellos que lo van a pasar peor con el calentamiento”, nos explicaba en esta entrevista en la cumbre la vicepresidenta Teresa Ribera.
  • Sin menciones a todos los combustibles fósiles. La pasada cumbre de Glasgow se cerró con una mención a reducir progresivamente el uso del carbón para generar electricidad. India, muy dependiente de este combustible, se sintió atacada por aquella mención y en la cita de este año pidió que se incluyera en la declaración final la misma alusion para el gas natural y el petróleo. Sin embargo, la propuesta no ha recabado suficientes apoyos.   
  • Represión del Gobierno egipcio. La cumbre ha servido también para poner el foco sobre el autoritarismo del Ejecutivo de Egipto. Más de medio millar de personas han sido arrestadas durante la COP27 y por primera vez en una cita de este tipo las manifestaciones de los activistas se han realizado dentro de la cumbre, en territorio ONU, por miedo a las detenciones. También ha servido para difundir el caso del intelectual crítico y símbolo de la oposición egipcia Alaa Abdelfatá.

A seguir la pista

Hay otros temas que han surgido o se han tratado en esta cumbre egipcia y que tendrán recorrido en los próximos meses y años:

  • Cambios en el sistema financiero. En la declaración final de la COP27 se destaca la necesidad de operar cambios en el “sistema financiero” y en sus “estructuras y procesos” para impulsar la financiación climática para acelerar la mitigación y la adaptación. Se menciona a “los Gobiernos, los bancos centrales, bancos comerciales, los inversores institucionales y otros agentes financieros”. Este es un importante debate que trasciende a las competencias de las COP. Entre muchos negociadores presentes en la cumbre también se ha extendido la idea de que, tarde o temprano, se tendrá que afrontar la condonación de la deuda en países en desarrollo por razones relacionadas con el cambio climático, por ejemplo, cuando sean golpeados por fenómenos extremos.
  • Una tasa a las energéticas. El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió durante la apertura de la cumbre que los Gobiernos impongan gravámenes a los beneficios extraordinarios que las empresas de combustibles fósiles están teniendo. Además, ese dinero debe ir luchar contra “el aumento de los precios de los alimentos y la energía y a los países que sufren pérdidas y daños causados por la crisis climática”. Algunos países han aplaudido la propuesta y creo que este tema irá ganando peso y apoyos con el tiempo.
  • Lavado de imagen verde. Durante esta cumbre también se ha presentado otra interesante iniciativa apadrinada por Guterres: una guía para combatir el greenwashing o lavado verde de imagen de empresas y otras instituciones no estatales. Se pone a los combustibles fósiles en el punto de mira al señalar que la única vía posible es abandonarlos. Esta guía marca unas directrices claras para detectar el greenwashing.
  • No proliferación de los combustibles fósiles. De momento, son solo dos pequeños Estados los que han defendido abiertamente (Tuvalu y Vanuatu), pero cada vez cobra más fuerza en el debate climático sobre si tarde o temprano no tendrá que ponerse en marcha un tratado de no proliferación de los combustibles fósiles que vete las extracciones de gas, el petróleo y el carbón. Dejar de usar estos combustibles, principales responsables de las emisiones de efecto invernadero, es la única vía para cumplir las metas del Acuerdo de París.

Fuente: El País