El especialista estadounidense considera que el problema de la recolección de basura en la ciudad exige analizar los patrones de consumo de los caraqueños
El sistema escolar necesita adaptarse a los nuevos retos mundiales del siglo XXI. Los grandes problemas que enfrenta el planeta, como el cambio climático o el crecimiento exponencial que experimenta la población, requieren de una actuación mucho más activa de las escuelas, universidades, comunidades y familias al crear nuevas competencias en los jóvenes, afirma Wynn Calder, especialista en Educación para la Sostenibilidad y co-director de la Asociación de Líderes Universitarios por un Futuro Sostenible.
Las escuelas sostenibles —filosofía acuñada por Calder y cuya organización Sustainable Schools asesora planteles educativos para que incorporen la sostenibilidad en su planificación— están orientadas a resolver problemas a través del aprendizaje práctico y de proyectos como la jardinería, el cultivo o el diseño de modelos de ciudades sostenibles. Actualmente 75% de las universidades estadounidenses y, al menos, 50% de las escuelas primarias y secundarias de ese país están poniendo en práctica esta iniciativa, indica Calder. Esta semana presentó ese modelo educativo durante la primera sesión del ciclo CCS Forum, organizado por Cultura Chacao y la plataforma Caracas Backroom.
—¿Por qué es tan importante hablar de sostenibilidad y ponerla en práctica en la educación?
—Su enseñanza es necesaria para ser más conscientes sobre la verdadera utilidad de la educación. Es muy fácil para las escuelas hacer lo que siempre han hecho y enseñar las mismas cosas de la misma manera, cuando en estos momentos lo que necesitamos es una educación más activa. Hablamos de escuelas que están practicando y enseñando sostenibilidad, y modelando comportamientos responsables. Es lo que pasa en el aula de clase: enseñar ideas, conceptos, herramientas y valores. Creo que la mejor manera es que la sostenibilidad sea parte del currículo existente, no de enseñarla en asignaturas separadas.
—¿Están preparadas las escuelas venezolanas y latinoamericanas para asumir esta filosofía?
—Definitivamente creo que es posible. La sostenibilidad en la educación es una manera de resolver algunos de los problemas y retos que enfrenta tanto Venezuela como Latinoamérica y también Estados Unidos. Es un intento de enseñar a los estudiantes y a los adultos a resolver un nuevo tipo de retos que son tan grandes que requieren que muchas personas de diferentes lugares se unan para encontrar una solución. El cambio climático es un buen ejemplo, o cómo vivimos en el planeta con 9 o quizás 10.000 millones de personas. La educación necesita enfrentar estos retos del siglo XXI. Necesitamos nuevas competencias que surjan de nuestras escuelas y que permitan resolver estos problemas.
—¿Tiene cabida la idea de las escuelas sostenibles en un país con amplias carencias en el sector educativo?
—No solo se trata de escuelas y universidades. La sostenibilidad en la educación también es educación formal, pero también informal. Es un despertar de consciencias, un aprendizaje que se da a lo largo de toda la vida. El verdadero reto es trabajar con las comunidades, los estudiantes y las familias, pero de alguna manera necesitamos mejorar las escuelas. La educación sostenible no viene a problematizar el hecho educativo, más bien viene a liberarlo.
—¿Puede hablarse también de educación sostenible en el ámbito local?
—Sí. Por ejemplo en Caracas, el problema de los desechos sólidos es un problema de sostenibilidad porque hasta ahora el medioambiente siempre ha sido visto como algo tercero. Creemos que podemos seguir lanzando la basura en cualquier parte y que el ambiente se encargará de ello. Pero no es totalmente cierto porque vivimos en un sistema limitado. Para que Caracas resuelva el problema de la basura debe tomar en cuenta aspectos de la economía, hacer un análisis de cómo son los patrones de consumo y ver cómo se puede resolver. En el caso del agua embotellada, cuál es el problema del consumo de agua potable y cómo se desechan las botellas. Cada sociedad lo enfrenta de manera diferente; Estados Unidos está teniendo mucho éxito en ciertas formas de cómo resolverlo, pero no tiene toda la solución todavía.
—¿Cómo lograr que los jóvenes se comprometan con la idea de la sostenibilidad en cualquier ámbito de la vida?
—Una de las cosas que siempre les pido a los estudiantes es que encuentren qué significa para ellos la sostenibilidad. No hay una respuesta sencilla. En Estados Unidos es reciclaje, es energía renovable. La palabra ha estado rondando durante 25 años y nadie ha encontrado un mejor término. Por eso me gusta más hablar de desarrollo sostenible, sobre qué clase de ciudad desean los venezolanos, qué queremos realmente y cómo hacemos para lograrlo. Creo que hay que seguir buscando maneras de referirnos a ello que tengan sentido para la gente, que funcione. Un ejemplo es la democracia. ¿Qué es? Hay muchísimas definiciones y muchas formas, pero probablemente es la mejor forma que encuentra la gente para vivir.
Fuente
http://www.el-nacional.com/sociedad/Wynn-Calder-Necesitamos-educacion-activa_0_624537770.html