Venezuela, potencial para el turismo arqueológico. Alberto Blanco Dávila

El pasado arqueológico de un país es muy importante a la hora de hilvanar la evolución cultural del hombre a través del tiempo. Dicho  legado no es sólo patrimonio del país que lo posee, sino que forma parte del rompecabezas histórico-social-cultural de la humanidad. Es por esto que, a toda manifestación del pasado del hombre, debemos darle la mayor relevancia, difundirlo y protegerlo para conocimiento de todos.Vemos como este legado ha sido ampliamente reconocido en muchos países.

Estas huellas dejadas por sociedades pretéritas, son símbolos destacados de un desarrollo social y cultural que precedió a nuestra época y que han ayudado a entender buena parte de la historia presente.

El potencial de Venezuela para un turismo arqueológico es grande, nuestro patrimonio arqueológico venezolano no es menos importante a la hora de recrear la historia de la humanidad: petroglifos, pinturas rupestres, monumentos megalíticos, tesoros cerámicos, artesanales, entre otros, engalanan nuestra historia antigua; como también la riqueza mitológica de nuestros más de 30 pueblos indígenas, que relatados cada uno en su lengua ancestral, pueden compararse con las más exquisitas literaturas del viejo mundo.

Riqueza arqueológica venezolana

En Venezuela se han encontrado más de 400 yacimientos de arte rupestre, de los cuales 320 son estaciones de petroglifos (cada estación puede tener cientos y cientos de rocas grabadas), 28 de pinturas rupestres, 6 de conjuntos megalíticos, 1 de geoglifo, 10 de piedras o cerros míticos naturales, 18 de bateas, 16 de amoladores líticos y 2 yacimientos de micropetroglifos.

Los Petroglifos (la palabra petroglifo quiere decir “piedra grabada”), son signos grabados en piedra, en épocas prehispánicas en el período Meso Indio, que en nuestro país se extendió entre 5.000 y 1.000 A.C. y probablemente hacia sus etapas más tempranas.

Sus funciones fueron variadas: han sido utilizados como demarcadores territoriales; indicadores de cementerios; calendarios leídos según las subidas y bajadas de las aguas de los ríos; guías para las tribus migrantes e indicadores de las mejores zonas de cacerías en los pases de montaña. Para la etnia Guarequena y otras etnias de origen Arawako que habitan en el Estado Amazonas, “los petroglifos tienen una función sagrada relacionada a la transmisión de preceptos religiosos y seculares vitales para la supervivencia de la comunidad: asisten al chamán (aún hoy día) en el recordatorio de los símbolos y conceptos a explicar durante las ceremonias de iniciación masculina”

Las Pinturas Rupestres o pictografías, son signos pintados sobre la roca. Son indicadores territoriales de la presencia de grupos indígenas utilizados desde la época prehispánica hasta el presente. Han sido encontradas en las paredes y techos de cuevas y en abrigos rocosos, protegidas del clima y de la visibilidad fácil. Una de las funciones de estos símbolos se conoce por su uso aún hoy día entre los Piaroa: la de proteger los sitios sagrados de enterramientos primario (fardos mortuorios en la tierra) o secundarios (huesos desenterrados y guardados en vasijas de cerámica).

Los Monumentos Megalíticos, están representados por los menhires (monolíticos en fila, círculos o aislados, con o sin grabado o pintura) y dólmenes (monolitos verticales sosteniendo monolitos horizontales, con o sin grabado o pintura), colocados por el hombre.

Los Cerros y Piedras Míticas Naturales, son identificados por los grupos indígenas como entes de conexión con el mundo subterráneo, el mundo de las tinieblas y los espíritus ancestrales. Un buen ejemplo de Cerro Mítico Natural es el Cerro Autana en el Estado Amazonas.

Aquellas piedras del Amazonas y Guayana que por deformaciones naturales notables han sido integradas a la mitología indígena de la zona, se les denomina Piedras Míticas Naturales. Estas también presentan una frecuente relación mitológica con los petroglifos y es en la cercanía de ellos que se realizan las ceremonias de iniciación masculina entre los grupos Arawakos del sur del Río Negro.

Otras manifestaciones de Arte Rupestre, bastante frecuentes en Venezuela, son: los puntos acoplados, los cuales son grabados en la roca de forma semicircular; las bateas, que son depresiones de forma generalmente rectangular cortadas en la roca; y los amoladores líticos, depresiones ovaladas hechas por abrasión, posiblemente al afilar instrumentos líticos.

Los Geoglifos son grabados de gran tamaño realizados sobre la tierra. Son geoglifos los gigantescos grabados realizados en las planicies de Nazca, Perú.  En Venezuela  se ha encontrado sólo un yacimiento con un geoglifo. Este se localiza en Chirgüa (Estado Carabobo), mide 56,7 mts. de largo y sus surcos actualmente tienen una profundidad entre los 20 y 40 cm, aunque originalmente tuvieron 30 cm, más de profundidad.

Patrimonio en peligro

En Venezuela nuestro patrimonio arqueológico vive una crisis de constante destrucción y de no buscarse solución inmediata, este legado patrimonial podría estar en peligro de extinción. La cantidad de yacimientos arqueológicos es amplia pero finita, y la falta de sensibilidad en su protección la han ido mermando. Debemos buscar fortalecer el sentido de identidad del venezolano,  crear conciencia y sensibilidad histórica-cultural a través de la difusión de parte del patrimonio que posee el país, y convertir a cada ciudadano en un guardián del patrimonio común, todo ello sin olvidar que la promoción de estos invaluables tesoros contribuiría al desarrollo turístico y económico del país.

Si unimos los conocimientos de los especialistas, el potencial turístico-arqueológico de Venezuela podremos ofrecerles a los visitantes nacionales y extranjeros una visión de esta riqueza cultural, y evitar así que por falta de conocimiento y protección, este patrimonio se pierda para el disfrute de nuestra generación y generaciones futuras.

Debemos tener claro el enfoque que se busca para el desarrollo del Turismo-Arqueológico en Venezuela, ya que las tradiciones indígenas, enmarcadas en un intercambio respetuoso de culturas siempre serán un destino interesante para el turismo nacional e internacional. Debemos tener presente que estas comunidades tienen la última palabra en lo que a la utilización de sus territorios y cultura respecta, y el turismo que se involucre con sus comunidades o restos ancestrales deberá programarse en base a consultas y con su debida autorización.

El dar a conocer nuestra herencia arqueológica es fundamental para lograr el cambio de la población venezolana, hacia el respeto y la protección de este importante patrimonio. Así que es obligación de nosotros conservar nuestro patrimonio arqueológico, y les recuerdo que debemos vivir con responsabilidad y que el futuro de nuestras generaciones comienza por ti

Alberto Blanco Dávila

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