Existen suficientes evidencias globales que aciertan la realidad de una inestabilidad ecológica de altas dimensiones, provocada principalmente por nuestra falta de raciocinio y nuestra egoísta conducta hacia el entorno.
Nuestra generación actual, debe hacer frente a gravísimos problemas socio-ambientales que desencadenarán terribles consecuencias para la humanidad. Nuestra responsabilidad moral y social para actuar de una forma equilibrada y equitativa en contra de los drásticos cambios que se avecinan en el planeta, debe estar coordinada por políticas ambientales capaces de generar cambios positivos en el actual modelo de desarrollo global.
Las piezas para enfrentar los desafíos socio-ambientales del Siglo XXI, están frente a nuestros ojos: tecnologías, ética y ciencia. Es inimaginable la cantidad de recursos naturales que podemos garantizar para el futuro, si fuéramos hoy conscientes del “saqueo” ambiental que hacemos a diario, atacando sin frenos al entorno que nos rodea.
La moralidad social y la legislación ambiental deben ir de la mano, ¿qué hacemos con querer cambiar, si no tenemos el permiso?. Necesitamos cambios radicales, positivos y eficaces en los sistemas de transporte, de alimentos y de energía, tanto de las naciones desarrolladas, como las que se encuentran en vías de desarrollo.
Quisiera compartir con ustedes las palabras de Thomas Friedman en su libro “Caliente, Plana y Abarrotada” (2010), cuando indica lo siguiente: “No habrá innovación en energías renovables a gran escala, mientras que un barril de petróleo sea más barato que un barril de agua o leche”
Y es que no podemos dejar a un lado que existe una relación intrínseca y exponencial entre el desajuste económico y la degradación ambiental. Un sistema de regulaciones políticas y económicas es lo que necesitamos en la actualidad, para dar un paso al frente y promover prácticas sustentables y cambios en los paradigmas geo-ambientales de la sociedad.
Los países que apuesten a acciones sustentables y proyectos ecológicos dentro de sus planes de gobierno, serán los líderes económicos del futuro y saldrán de la crisis económica y social, mucho más rápido que el resto.
Una de las principales estrategias que los países del mundo deben conciliar es, que al mejorar las condiciones ambientales de sus regiones y localidades, estarán directamente mejorando la calidad de vida de sus pobladores.
Contamos con las disciplinas técnicas, científicas y humanas, capaces de abastecer al mundo de “energía verde” (y no solo me refiero a la generación eléctrica), sino al contagio de esa motivación política y social que tanto necesita nuestro planeta, admitiendo que precisamos un cambio en el modelo de desarrollo mundial.
Pienso (y sinceramente, sigo siendo optimista) en el hecho de que actualmente nos encontramos dando pasos iniciales para dar con las claves necesarias y así, poder extender la mano hacia una mejor comprensión del entorno. Nos encontramos en la transición verde de la que tanto depende nuestro planeta. Es importante destacar que ya no la vemos como una alternativa, sino como una necesidad.
Debemos ser consecuentes con ese sentimiento verde que nos mueve e inspira. Encontramos cada día con más frecuencia, noticias e informaciones de interés ecológico, que no pueden ser censuradas, bien sea sobre “cómo salvar al planeta con tan solo 100 pasos” o “como practicar el eco-sex con tu pareja”, ya que estas son claves para la reinserción de los valores ecológicos dentro de la ética ciudadana que tanto se ha perdido a través de los años.
Cambiar nuestro estilo de vida no es imposible, es solo cuestión de actitud y responsabilidad ciudadana, evitando el egoísmo de una humanidad que “sin darse cuenta” quiere más, sin importar el precio de sus actos. Fomentar la innovación verde, se basa en una transformación de actitud individual y colectiva; doméstica y empresarial; pública y privada, haciendo entender que dentro de cada acción positiva hacia el ambiente, existirá una ventaja, una satisfacción, una fortaleza.
“Tenemos el tiempo justo si empezamos ahora mismo”
Dana Meadows
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Lcda. Maria Eugenia Rinaudo
Estudios Ambientales
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