Empresas atentas a la actuación de terceros contratados
Responsabilidad social en la cadena de valor
“Para conseguir un equilibro entre la gente, el planeta y las ganancias, las empresas no son sólo responsables de sus actos, sino también de los actos de sus proveedores y/o distribuidores, contratistas y subcontratistas”, afirma Lena Standberg*, autora cuyo análisis compartiremos hoy en este artículo
Charo Méndez
Cuando las empresas delegan en terceros sus actividades de producción, comercialización y distribución, ese proceso de externalización las lleva a perder control tanto sobre los resultados como sobre los riesgos. Esto produce consecuencias, ya que los efectos de un escándalo por malas prácticas en alguna de las etapas productivas, se trasladan por toda la cadena de valor.
Existen temas sociales como la libertad sindical, el trabajo infantil o la discriminación laboral, que en manos de terceros pueden perjudicar a las empresas contratantes. Hay temas ambientales como el origen de las materias primas, la utilización de la energía o la disposición de los residuos en el ciclo de vida del producto, que en manos de contratistas pueden perjudicar a las marcas. Tenemos también temas económicos como la asimetría de poder entre el comprador y el proveedor, la diversidad o uniformidad de los proveedores, la presencia o ausencia de abastecimiento local o de proveedores nacionales, las oportunidades o restricciones a la inclusión económica de los grupos emprendedores minoritarios, que se relacionan con la responsabilidad social entre las empresas y sus proveedores.
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