Charo Méndez
Parece que ya no es suficiente producir bienes, generar empleo y pagar impuestos para que una empresa sea considerada como socialmente responsable. Las nuevas expectativas de la sociedad en relación al trato a los accionistas sugieren que no basta con cancelar dividendos, sino que son necesarias prácticas de transparencia. Con los trabajadores no basta realizar compensación salarial, sino garantizar sus derechos humanos. Con los proveedores no basta asegurar su contratación, sino apostar a su desarrollo económico. Con los consumidores no basta con la calidad de los productos, hay que promover el consumo consciente. Con las autoridades no basta el cumplimiento de las regulaciones, sino con desarrollar nuevos esquemas de cooperación y con las comunidades no basta con otorgar donaciones caritativas, sino contribuir con el desarrollo social del país.  Es decir, se aspira una gestión empresarial responsable, tanto en la dimensión interna como externa de la empresa, con acciones coherentes.

Artículo publicado gracias a la colaboración de la autora, y la Revista Vecino Saludable del Grupo COBECA.

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