El desafío de las metas del milenio es doble: uno temporal y otro de escala. Por un lado, el que plantea el propio contenido del acuerdo que es alcanzar los objetivos establecidos en un lapso determinado que finaliza en el año 2015. Por el otro, el desafío de lograrlo a escala planetaria, lo que obliga a generar articulaciones globales para poder globalizar los impactos. Con el reloj de arena ya agotándose, de las cuatro metas planteadas para el objetivo de sostenibilidad ambiental, solo están alcanzándose dos. –
El informe del 2013 de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) demuestra que ha habido grandes avances en la mayoría de las áreas, como por ejemplo en la del combate a la pobreza. Entre los años 1990 y 2010 se redujo en alrededor de 700 millones la cantidad de personas que vivían en situación de pobreza extrema en el mundo. . En este sentido, la acción conjunta de los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil y la comunidad internacional ha probado ser eficaz. En otras áreas, no obstante, los esfuerzos tendrán que ser redoblados para alcanzar las metas propuestas en los dos años que quedan hasta que se cumpla el plazo fijado (2015).
Una de las áreas que necesita mayor atención es la de la sostenibilidad ambiental. Este desafío -el séptimo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio- tiene 4 metas: 7.A) Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales y reducir la pérdida de recursos del medio ambiente; 7.B) Reducir y ralentizar considerablemente la pérdida de diversidad biológica (objetivo previsto para 2010); 7.C) Disminuir la proporción de personas sin acceso sostenido a agua potable y a servicios básicos de saneamiento); y 7.D) Haber mejorado considerablemente la vida de al menos 100 millones de habitantes de poblaciones y barrios marginales (objetivo para 2020).
Estatus de las 4 metas ambientales
En relación a la meta 7.A, la masa boscosa ha disminuido sobretodo en Sudamérica y África. Se calcula que – entre el 2005 y 2010- la deforestación en estos continentes alcanzó 3,6 millones y 3,4 millones de hectáreas al año respectivamente. La principal causa es la conversión de bosques en terreno agrícola. Aún cuando aproximadamente 75% de los bosques del mundo están protegidos por programas forestales nacionales, la amenaza persiste. Los más afectados por este fenómeno son los habitantes de las poblaciones rurales en situación de pobreza, ya que muchas veces su fuente de ingresos y de alimentación familiar se ve afectada por el avance de la frontera agrícola.
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