Nació un Viernes de Dolores, el 1º de abril de 1977. Aunque su padre, Arnoldo José Gabaldón, después confesó que debió llamarse “Ministerio del Ambiente”, por lo integral de ese nombre, en la rueda de prensa de aquel día terminaron presentándolo con el apellido de “y de los Recursos Naturales Renovables”.
Su gestación, curiosamente, duró nueve meses, desde que la primeriza Ley Orgánica del Ambiente del 15 de junio de 1976 demandó un despacho que hiciera cumplir sus preceptos. Para orgullo nacional, empezó siendo la primera cartera en su tipo de América Latina. Ya no más dependencia de Agricultura y Cría, ni de Obras Públicas; brotaba, con raíz propia, el ente rector de la política ambiental.
Echó fruto abundante. Bastará resumir que durante las administraciones de Pérez y Caldera fueron decretados 31 de los 43 parques nacionales de Venezuela, refiere una publicación de Inparques (2001). Desde que se instaló la revolución, se mantiene en cero la cuenta de nuevas áreas beneficiadas bajo esta figura de protección estricta.
Lo que sí perfeccionó la Quinta República fue el arte de renombrar: el 7 de octubre de 1999 se publicó el nuevo reglamento del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales (sin más adjetivos). Y desde el 8 de enero de 2007 el organismo pasó a llamarse Ministerio del Poder Popular para el Ambiente.
Sobre los hombros del Minamb recaía la salvaguarda del noveno patrimonio de diversidad de especies más rico del mundo. La Fundación Tierra Viva resumió así la importancia del despacho para la vida cotidiana: 70% de la electricidad nacional depende de la conservación de los parques nacionales y 80% del agua del país es garantizada por cuencas hidrográficas localizadas en una veintena de parques nacionales.
Papá-Estado, sin embargo, lo venía recortando. De 2 mil 903 millones de bolívares asignados a Ambiente en 2012 (1% del presupuesto de la nación), la partida cayó a 2 mil 675 millones este 2014, o el 0,4% de los recursos públicos. Diez veces menos que lo reservado a defensa militar, por ejemplo.
Joven aún, llegó al desenlace consabido: Que desapareció el 2 de septiembre de 2014, luego de 37 años, cinco meses y un día de actividades. Que tuvo 19 jefes y ninguno duró más de un lustro, como se desprende de su escueta biografía (sí, la tiene) en Wikipedia. Y que el ´sacudón´ del gabinete adhirió sus funciones y competencias al nuevo Ministerio de Vivienda, Hábitat y Ecosocialismo; una doctrina política ausente del ordenamiento jurídico venezolano (excepto la ley del Plan de la Patria).
Dicen que los padres nunca deberían enterrar a sus hijos. Gabaldón, el que fundó y acaba de ver la supresión del Ministerio del Ambiente, reaccionó escribiendo: “El ecosocialismo ha sido hasta el presente el título para cometer los más graves ecocidios, como los de la cuenca del Lago de Valencia, donde la calidad del agua de sus sistemas de acueducto no puede garantizar el Gobierno”.
Daniel Pabón || @datoscopioEC
Fuente: El Carabobeño http://www.el-carabobeno.com/articulo/articulo/88888/datoscopio–morir-a-los-37,-o-la-biografa-del-ministerio-del-ambiente