El estudio de los anfibios y reptiles de Venezuela tiene sus inicios en el siglo XIX, cuando comienzan a publicarse los resultados de las primeras revisiones de la herpetofauna del país y descripciones de nuevas especies. Los primeros trabajos en aparecer eran referentes a reptiles (Schinz 1833, Gray 1849, Peters 1863, Cope 1885, Boulenger 1889), pero muy pronto salieron a la luz algunas publicaciones en las que se hacía referencia a los anfibios de Venezuela (Lichtenstein & Martens 1856, Günther 1858, Ernst 1877, Boulenger 1882). A partir de entonces numerosos investigadores (al principio extranjeros en su mayoría, y posteriormente nacionales), han hecho grandes contribuciones al conocimiento de la herpetofauna venezolana, destacándose entre ellas las compilaciones de Ernst (1877), Lutz (1927), Gines (1959), Röhl (1959), Rivero (1961), Roze (1966), Lancini (1979), Pritchard y Trebbau (1984), Gremone et al. (1986), La Marca (1992, 1997a, 1997b, 2003a, 2003b), Barrio-Amorós (1998, 2004), y Péfaur & Rivero (2000).
A la fecha se han referido para Venezuela 327 especies de anfibios y 342 especies de reptiles, cifras que ubican al país entre los 10 con mayor diversidad de herpetofauna en el mundo, y entre los seis con mayor diversidad en el continente.
En cuanto a la diversidad de anfibios venezolanos por taxones, destacan las familias Hylidae con 79 especies de ranas (correspondientes a 14 géneros), y la familia Brachycephalidae con 54 especies de ranas (reunidas en siete géneros). En tanto que, entre los reptiles destacan las familias Colubridae con 133 especies de serpientes (distribuidas en 41 géneros), y Gymnophtalmidae con 48 especies de lagartijas (distribuidas en 13 géneros).
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