Libro Rojo de la Fauna Venezolana. Provita.

Luego de cuatro años de investigación, en 1995 se publicó la primera edición del Libro Rojo de la Fauna Venezolana. Su excelente acogida por parte del público motivó a que Fundalibro le otorgase el reconocimiento de Mejor Libro Divulgativo del Año. En 1996, en el marco de la prestigiosa Feria del Libro de Guadalajara, recibió tres postulaciones: Mejor Libro Divulgativo,Mejor Portada y Mejores Ilustraciones. El mismo año, la Feria Internacional de Berlín también lo propondría entre los candidatos a Mejor Libro.
Estos primeros reconocimientos serían apenas el comienzo de una continuidad: en 1996 dos decretos gubernamentales designaron oficialmente a las especies venezolanas en peligro de extinción y actualizaron la lista de animales vedados para la caza. Dichos decretos eran el reflejo materializado y consistente del valor informativo del Libro Rojo, que trascendía de esta manera en acciones de conciencia nacional sobre el tema de la extinción, demostrando que era posible la aplicación directa de los aportes de la ciencia a la sociedad civil, en la definición de prioridades de conservación.
La primera edición se agotó rápidamente, lo cual sumado a la nueva información disponible, conllevó en 1999 a la publicación de una segunda edición del Libro Rojo de la Fauna Venezolana, corregida y aumentada, que también se agotaría en poco tiempo y que sería reimpresa en 2003. Este mismo año, Provita publicó el Libro Rojo de la Flora Venezolana, desarrolló el Sistema de Información EVE (Especies Venezolanas en Extinción) e inició las investigaciones para el Libro Rojo de los Ambientes Venezolanos, con el desafío adicional de crear un sistema inédito de categorías de riesgo de extinción para ecosistemas, equivalente al empleado para especies.
En 2006, el diario El Nacional, en su edición aniversaria, seleccionó al Libro Rojo de la Fauna Venezolana como uno de los 63 libros que marcaron pauta en el quehacer bibliográfico del país en los 63 años previos, por su valor documental, innovación editorial, importancia antológica, impacto político y aporte a la lectura en Venezuela. Sólo dos libros de ciencias merecieron esta distinción.
En los trece años que han transcurrido desde su primera edición, el Libro Rojo de la Fauna Venezolana se ha consolidado como una referencia de consulta primordial en escuelas, liceos y universidades, y como la principal fuente empleada para artículos de divulgación en los medios nacionales. Pero quizás su mayor impacto divulgativo se logra en 2008, cuando sus ilustraciones son usadas en la nueva familia de billetes de Venezuela, siendo esto un reconocimiento concreto del Estado venezolano con relación a las especies amenazadas y a su necesidad de conservación.
En esta oportunidad, Provita, en alianza con Shell Venezuela, presenta la tercera edición del Libro Rojo de la Fauna
Venezolana, caracterizada por una exhaustiva revisión, actualización y ampliación de toda la información que contiene. Desde que se publicó la primera edición, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) desarrolló nuevos criterios para la evaluación del riesgo de extinción de especies, tanto en el ámbito global como a escala nacional. Con base en ello, la aplicación de dichos criterios a la fauna venezolana se llevó a cabo mediante un cuidadoso proceso de consulta y participación, que incluyó a los principales especialistas en fauna del país, lo que expandió significativamente el equipo de trabajo dedicado a editar esta publicación. En esta labor, fue especialmente significativa la abundante información nueva sobre especies amenazadas que se ha generado en los últimos años, la cual ha sido incluida y ha inspirado esta tercera edición.
Para Provita es motivo de regocijo y orgullo presentar esta nueva edición del Libro Rojo de la Fauna Venezolana a la comunidad. Esperamos servir de referencia tanto para quienes se dedican a hacer ciencia, como para aquellos que albergan la gran responsabilidad de tomar decisiones. Si bien ambos públicos son fundamentales, nuestra principal motivación son todos los venezolanos, quienes están llamados a ser los “salvadores” del valioso recurso que representa la biodiversidad amenazada, en beneficio de nosotros mismos y de las generaciones venideras.

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