La pesca y la crisis humanitaria en Venezuela. Juan José Cárdenas

Ya lo han dicho los expertos de la Fundación Bengoa, Caritas, Provea y tantos otros: estamos en el punto de no retorno para un espeluznante 35% de la población infantil, con deficiencias en su desarrollo corporal, físico y cognitivo, que ya están irreversiblemente alojadas en sus humanidades y en sus cerebros. Así lo afirma Susana Rafalli, quien además emite una brutal sentencia: hoy, estos niños, limitados en sus capacidades y posibilidades para la superación individual,en 15 o 20 años serán los padres y madres de hogares irremediablemente pobres, dónde nacerán los hijos que darán continuidad a este ciclo perverso.

Ante esta realidad terrible; confrontados a la cotidianidad pavorosa de los índices de muerte infantil por desnutrición severa, es nuestra obligación interpelar enérgicamente al Gobierno, que apenas reacciona débilmente convirtiéndose en un vendedor ineficiente de bolsas de alimentos de calidad incierta, pero de sobreprecio cierto y extrañamente sujetas a una inflación feroz, a pesar de que son importadas con “Divisas Protegidas, DIPRO” cuya tasa de 1$=10 Bs. se ha mantenido invariable durante varios años. Bolsas o cajas “CLAP” que solo logran profundizar las diferencias entre los que reciben el “beneficio” y los que quedan relegados por razones, desde logísticas, hasta ideológicas; bolsas o cajas que son tremendamente insuficientes para paliar el problema en las escalas poblacional y geográfica debidas.

Este es un blog que, modestamente, pretende hacer aporte de ideas y generar reflexiones y discusiones para promover el desarrollo del sector pesquero y coligados. Pero, intimados por lo que estamos sufriendo, cabe cuestionarnos en el sentido de cómo asociar el potencial pesquero del país, a las posibles soluciones que apremian para mitigar la tragedia descrita por Rafalli.


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Todo empieza y se sustenta con la alimentación: crecimiento, desarrollo cognitivo educación, energía y disposición para el estudio, para el trabajo.

Y ya antes lo hemos mencionado: la pesca venezolana y su industria pesquera, pueden poner inmediatamente proteína de alta calidad en el plato de millones de personas; sobre todo para los niños urgidos de alimentos, que lo reclaman como factor inapelable para lograr ser individuos sanos, miembros de una sociedad sana.

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