La excusa es el petróleo. Alicia Villamizar y Guy Edwards

Ante el cambio climático no existen políticas específicas gubernamentales. El gobierno en su intento por establecerse como un estado socialista, niega su propia contribución al problema. El sistema eléctrico, basado mayormente en energía hidroeléctrica, es muy vulnerable a impactos climáticos

El gobierno de Venezuela recibió elogios por la organización de la “Pre-COP Social”, en julio pasado. El evento contó con la participación de más de 100 organizaciones dedicadas a promover la participación de la sociedad civil en las negociaciones del cambio climático ante la ONU. Para el próximo noviembre, se espera la elaboración de una declaración generada por las organizaciones invitadas bajo la coordinación del gobierno venezolano. Dicha declaración será entregada en el evento a ministros de varios países de cara a la Conferencia de las Partes de diciembre en Lima, Perú.

LA BÚSQUEDA DE CREDIBILIDAD
Las motivaciones del gobierno de Venezuela para organizar la Pre-COP social van más allá de poner ante el micrófono a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG). El país también intenta ganar credibilidad en el régimen global climático para desviar la atención sobre su falta de acción doméstica contra el cambio climático.

Mientras otros países latinoamericanos como Chile, México y Brasil tienen políticas nacionales de cambio climático, objetivos para promover la energía limpia y planes para adaptarse a los impactos climáticos, Venezuela todavía no ha desarrollado políticas nacionales específicas en cambio climático. Esta evidente inacción refleja tanto el incumplimiento de los compromisos adquiridos en este tema, como la posición del gobierno venezolano, una suerte de combinación ideológica con pragmatismo.

INTERESES POLÍTICOS Y ECONÓMICOS
El gobierno culpa al capitalismo del calentamiento global. En su intento por establecerse como un estado socialista, niega su propia contribución al problema sin tener en cuenta el alto impacto ambiental de su economía basada en el petróleo. Esta posición le ha ganado el rechazo del status quo capitalista. La dominancia del petróleo en el desarrollo y en las políticas de relaciones exteriores de la nación, ha conducido a Venezuela a adoptar posiciones pragmáticas en la ONU.

El país puede asegurar miles de millones de dólares en crédito a China para gastos gubernamentales en programas sociales para pagarlos a futuro con petróleo, mientras que a través de PetroCaribe vende petróleo altamente subvencionado a las naciones caribeñas. Para proteger sus intereses, el gobierno rechaza comprometerse a reducir sus emisiones, aduciendo que ello puede amenazar su sector petróleo.

La resistencia de Venezuela a dar una respuesta coherente a las demandas que el cambio climático impone al país, es contrario al interés nacional. El énfasis en presentar el calentamiento global como una lucha entre el capitalismo y el socialismo, margina el enfoque lógico, retardando de forma crítica las urgentes políticas nacionales en esta materia y expone al país a altos niveles de riesgo climático.

EL EJEMPLO DE OTROS
Otros países con grandes reservas de energía fósil en América Latina, toman pasos para reducir sus emisiones y promover la energía renovable. En 2012 México aprobó una ley para reducir sus emisiones en un 30% antes del 2020 y Ecuador intenta aumentar su uso de las energías renovables. A la inversa, Venezuela ha usado su petróleo como una excusa para justificar su falta de acción. Venezuela necesita reforzar su resiliencia a los impactos del cambio climático, como inundaciones y sequías a través de un plan nacional de adaptación, acción que debía haberse adoptado hace tiempo.

El sistema eléctrico, basado mayormente en energía hidroeléctrica, es muy vulnerable a impactos climáticos, por lo que es esencial estimular otras formas de energía renovable con alto potencial de desarrollo en el país, como la eólica y la solar.

EMISIONES NACIONALES
En un trabajo reciente presentado por el ingeniero venezolano Raúl González Acuña, durante la celebración de la XXII Cumbre Ecológica Industrial, realizada en Valencia, Edo. Carabobo, para el 2013, las emisiones per cápita eran de 5.44t CO2 ­ que representan el 0.5% de las emisiones a escala mundial. A pesar de ser más bajas al compararlas con otros países desarrollados, son muchas más altas que las de los países menos desarrollados. Al negarse a reducir su huella de carbono, Venezuela queda al margen de cosechar beneficios como la eficiencia energética y las energías renovables, que redundan en un transporte urbano sostenible, una mejor calidad del aire, y favorecen a la economía.

TRABAJO CONJUNTO
La Pre-COP Social en Noviembre, abre una oportunidad para que el gobierno finalmente defina y elabore una estrategia nacional sobre el cambio climático, construya capacidad adaptativa, promueva la energía renovable y diversifique la economía más allá del petróleo. Las ONG internacionales pueden colaborar con la sociedad civil venezolana para ayudar al gobierno a tomar estas medidas. La Pre-COP Social puede hacer más que promover las voces de las ONG, al crear un espacio de trabajo conjunto con el gobierno venezolano en la adopción de un enfoque lógico para abordar el cambio climático.

*Alicia Villamizar es profesor asociado en el Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad Simón Bolívar y Autor Líder en el 5to. Informe del Panel Intergubernamental en Cambio Climático *Guy Edwards es investigador del Instituto para el Estudio del Ambiente y la Sociedad y co-director del Lab. de Clima y Desarrollo de la Universidad de Brown, EE.UU. Ambos autores escriben a título personal. El artículo fue traducido por Alison Kirsch y Alicia Villamizar.