Una de las funciones, establecida por ley, de las alcaldías en lo referente a la gestión de residuos sólidos es el barrido de las calles. Para esa labor tan básica pero importante se requiere esencialmente: un plan para cubrir toda la ciudad, unos operarios vestidos con su uniforme que los identifica y protege que además cuenten con los implementos necesarios para su labor. Un carrito con ruedas para acopiar la basura y trasladarla fácilmente, una escoba, una pala y guantes, es lo mínimo requerido.
Sin embargo cuando en el Municipio Libertador de Caracas, capital de la República Bolivariana de Venezuela, esta labor – repetimos – tan básica se ha llevado a los límites de la precariedad, y si a ello le sumamos la manera como se está disponiendo en las calles y recolectando los desechos en ese mismo municipio uno cuando menos debe estar preocupado y coincidir con Luisa Villalba quien recientemente declaro que “en materia de gestión de los residuos y desechos sólidos estamos a nivel de emergencia sanitaria”.
Pero volvamos al “barrido” y las imágenes que ilustran este artículo. Una pala, una escoba de “casa”, bastante deteriorada y una caja del “United State Postal Service”, es decir del servicio de correos de los Estados Unidos que alguna vez llegó a Ipostel, con una cuerdita para halarla conforman el equipo de un operario que sin uniforme barría por La Candelaria, a menos de un kilómetro de la Plaza Bolívar de Caracas.
Además de la situación descrita, la carencia de recursos suficientes para una adecuada gestión de residuos y desechos sólidos se expresan cuando camiones 350 con varios hombres encima se encargan de transportar la basura; cuando esos mismos hombres sin guantes, ropa adecuada o tapabocas, agarran cajas de plástico y las usan como palas para recoger la basura; o cuando los desperdicios de una calle se amontonan en una esquina, o a los pies de un teléfono público que ya no funciona porque no existen contenedores donde acumularlos. Todo eso y más lo he visto en este año; no me lo han contado.
El joven que hoy barría en la Candelaria sin la ropa y los instrumentos adecuados, quizás deba agradecerle al United State Postal Service por haberle dado algo para hacer su trabajo.
Alejandro Luy
13 de noviembre de 2018