El compromiso de conservar el Parque Nacional Canaima. Viviana Salas.

Cuando un amigo extranjero me dijo que tenía sólo una semana para visitar Venezuela y que quería aprovecharla conociendo un lugar que no pudiera ver en otra parte del mundo, no dudé en recomendarle que pasara sus vacaciones en el Parque Nacional Canaima.

En él se encuentra el Kerepacupai o Salto Ángel, la caída de agua más alta del mundo, y también un grupo de montañas conocidas como tepuyes, de paredes verticales y cumbres rocosas aplanadas. Canaima fue decretado Parque Nacional el 12 de junio de 1962, con el fin de proteger este importante patrimonio natural.

Este parque nacional fue creado con una extensión de casi 2 millones de hectáreas que comprendía la localidad turística de Canaima, así como las montañas del Chimantá-tepui y el Auyán-tepui. Actualmente tiene unos 3 millones de hectáreas, siendo el segundo parque nacional más grande de Venezuela. El 9 de septiembre de 1975, el parque fue ampliado para incluir una gran extensión de la Gran Sabana y de las nacientes del Río Caroní, principal alimentador del Embalse Guri.

Un tercio del área de captura del agua del Embalse Guri forma parte del Parque Nacional Canaima. A su vez, este embalse es la fuente de agua de la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, la cual provee el 70% de la energía eléctrica que se utiliza en Venezuela. Contar con energía hidroeléctrica implica que los venezolanos utilizamos energía más limpia y que ahorramos petróleo. Sería necesario consumir alrededor de 500 mil barriles diarios de petróleo para producir una energía equivalente a través de centrales termoeléctricas.

Este parque nacional posee una importante biodiversidad y numerosas especies endémicas de flora y fauna, es decir, plantas y animales que solamente viven allí. En parte esto se debe a que los tepuyes funcionan como islas en la tierra. El parque también es refugio para especies claves para el ecosistema como el yaguar y la danta, así como para especies amenazadas como el águila arpía y el cuspón, que actualmente están en los billetes de 10 y 5 bolívares.

Los beneficios que ofrece este parque nacional cruzan las fronteras de la región de Guayana, por eso fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio de la Humanidad en 1994. Sin embargo, los aportes de Canaima al bienestar humano del mundo se ven amenazados por la minería ilegal, el turismo no regulado, los incendios de vegetación, el crecimiento demográfico, el personal insuficiente y la falta de infraestructura.

Aunque existe una importante inversión pública para el funcionamiento de los parques nacionales de Venezuela, no resulta suficiente. En 2011, al Instituto Nacional de Parques se asignó apenas el 0,02% del presupuesto nacional pero está encargado de manejar más del 15% del territorio venezolano. Es urgente contar con el compromiso político y financiero de los distintos sectores de la sociedad, a nivel regional, nacional e internacional, para asegurar la conservación de estas áreas estratégicas con el fin de alcanzar el desarrollo sustentable, no sólo de la región de Guayana, sino de Venezuela.

Viviana Salas, Directora Ejecutiva de la Asociación Civil BioParques

Disponible en: http://cienciaguayana.blogspot.com/p/la-gestion-ambiental-en-guayana-ii.html