La función básica de toda empresa es crear valor en sus procesos generando beneficios a sus interlocutores y al resto de la sociedad y los problemas sociales afecta las sociedades en sus diversos niveles y las empresas no están exentas de esos impactos; siendo así, ellas no pueden, ni deben, mantenerse al margen de esa situación por lo que sus respuestas o agregados no deben ser solo económicos sino también sociales.
De las magnitudes de las respuestas empresariales ante “lo social” dependerán en feed back los impactos de esas respuestas en sus imágenes, penetración, crecimientos y hasta en el aumento de la competitividad, razones adicionales para que sus propietarios, directivos y trabajadores, no contentos con sus preocupaciones éticas, pongan en marcha acciones sociales desde las perspectiva de sus éticas e inicien procesos de Responsabilidad Social Empresarial (RSE).
En ese panorama, la RSE no es un simple “condimento organizacional”; es una concepción en marcha indisolublemente ligada a las estrategias de las empresas que, como respuesta voluntaria de empresarios conscientes de poder enfrentar problemas sociales, integra, a manera de cascada, sus preocupaciones con las operaciones empresariales, por lo que puede afirmarse que la RSE si implica un añadido de valor y puede convertir a una empresa en socialmente responsable.
Pero ello no queda allí. No es suficiente que una empresa sea socialmente responsable y supere sus obligaciones operativas y legales mediante acciones sociales voluntarias; además de asumirlas de manera transparente y permanente, debe demostrarlo y esa demostración debe ser creíble y constatable mediante pruebas objetivas y métodos de auditoría. Si adicionalmente desea ser exitosa en lo social, debe dotarse de apropiados instrumentos de gestión y el Balance Social (BS) es el idóneo para orientar sus programas y acciones y demostrar su RS.
El BS es entonces un documento de gestión que refleja el grado de responsabilidad social de una empresa frente a sus propios actores y la sociedad permitiéndole planear, organizar, dirigir, registrar, controlar y evaluar cuantitativa y cualitativamente la efectividad de sus acciones e inversión social en los ámbitos que todo BS debe considerar.
Como instrumento de gestión permite a la empresa definir, reorientar, monitorear y actualizar políticas, programas y acciones sociales; mejorar su imagen y reputación; e informar adecuada y transparentemente acerca de su desempeño social, a otras empresas, al Estado, a la opinión pública, a clientes y proveedores, y otros interesados en ella. En algunos países sirve como instrumento de apoyo a solicitudes crediticias, exoneraciones impositivas, y facilidades de trámites al mostrar que trasciende sus expectativas económicas.
Como bien lo señala Clemy Machado de Acedo, el BS actúa en tres ámbitos: 1. – El Interno que se centra en la relación de la empresa con sus trabajadores, directivos, accionistas y proveedores y clientes y evalúa la caracterización socio-demográfica de la fuerza laboral y sus condiciones, organización y representación sindical u otra, los programas de salud ocupacional y de servicios sociales para trabajadores y familiares, y otros indicadores referidos al desarrollo del personal, su participación e integración en la empresa; 2. – El Externo-Societal o Entorno Social que considera las relaciones de la empresa con su ambiente externo directo y comprende aspectos como la calidad e impactos de sus servicios y productos, las relaciones interinstitucionales y de integración, y las acciones en beneficio de comunidades aledañas y de la sociedad en general; y 3. – El Ambiental-Ecológico referido a las acciones de la empresa y de sus actores en el ambiente ecológico propio y el que la rodea, en sentido amplio éste ámbito abarca las relaciones e implicaciones ecológicas nacionales y mundiales.
Es de subrayar que en Venezuela son mayoritarias las empresas que marginan hasta las mas elementales “cortesías sociales” hacia sus empleados, usuarios y sociedad, pero debe reconocerse la existencia de otras que a lo largo de años han aportado cuotas importantes de RS superando simples esquemas filantrópicos “de caridad” buscando trascender. Una de ellas, constatable mediante varios balances sociales, el último quedó en imprenta, fue Econoinvest Casa de Bolsa. C.A.
No en vano su presidente, Herman Sifontes Tovar, mi discípulo en la UCV, ante las injustas e ilegales acusaciones de las que fue objeto esa empresa y el encarcelamiento de cuatro de sus directivos durante 33 meses, incluyéndolo, reprodujo y repartió en el juicio un centenar de ejemplares del último balance editado como herramienta de defensa demostrativo de las bondades de esa empresa y de la Fundación para la Cultura Urbana.
Esa acción de defensa, junto a la irrefutable demostración de que el mercadeo de valores no tenía incidencia en el mercado monetario ya que mal podían las divisas percibidas por los vendedores de títulos incidir en la masa monetaria de bolívares que empujaban la inflación, derrumbó las acusaciones y hoy están libres aunque con injustas restricciones: ¡Excelente defensa sin duda alguna!.
Prof. Oscar Bastidas Delgado (UCV).
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