El Ávila: ¿La Sierra Grande o la Feria más alta de Caracas? Simón Astiz

Nuestra montaña madre sigue enferma, el modo de vida de quienes tienen que ver algo con ella no la deja recuperarse. La problemática ambiental que presenta nuestro Parque Nacional El Ávila o Waraira Repano pareciera que no le interesa a nadie.
En su sistema de teleférico se ha establecido un turismo depredador, consumista y para nada ecológico, con la feria de comida más alta de Caracas, sin la menor consideración con lo que significa la capacidad de carga del ecosistema y su desborde por los visitantes y sus vehículos todos los fines de semana, con una planta de tratamiento de aguas residuales sin funcionar y con una gestión de desechos sólidos antiecológica.
La deforestación se incrementa en sus laderas, ya sea por la ampliación del sistema teleférico, los incendios forestales, las ocupaciones ilegales o por la sustitución del bosque original por especies exóticas que traerán insospechadas consecuencias, como es el caso del eucalipto ornamental, tan solicitado en los arreglos florales y cuyo alto consumo de agua obliga a la sobreexplotación de las nacientes y acuíferos no sólo de la zona de Galipán, sino también en aquellas zonas en los límites oeste y este del parque.
Es urgente mejorar las condiciones de trabajo de los Guardaparques, muchas veces vilipendiados al tratar de concientizar a los visitantes sobre las normas básicas de convivencia y uso dentro de un parque nacional. ¿Por qué no se aplica el Plan de Ordenamiento y Uso del parque en la anárquica ampliación de la zona de Galipán?
La captación del tan escaso o nulo financiamiento para su conservación ambiental se podría hacer implementando un eco-impuesto a todas las actividades comerciales, deportivas y recreativas realizadas dentro del parque, eso si, administrado por un comité interdisciplinario, apolítico y con supervisión publica, de esta manera se garantizaría la aplicación y mantenimiento de programas de restauración ecológica, educación ambiental, fomento del ecoturismo, gestión de incendios, control de torrentes, estudios de impacto ambiental y sociocultural, formación y equipamiento del cuerpo de Guardaparques, control de especies invasoras, todo enmarcado dentro de lo que debería ser el desarrollo sustentable del parque.
Ojalá pudiéramos dar alguno de estos regalos a nuestra Sierra Grande y contribuir con la salvación de nuestro planeta.

MSc. Simón Astiz.
Instituto de Recursos Naturales.
Pabellón 2. Universidad Simón Bolívar.
sastiz@usb.ve