El Archipiélago Los Roques, un paraíso para las tortugas marinas. Bellatrix Molina

Viernes, 10 de septiembre de 2010
Fundación Científica Los Roques
El Archipiélago Los Roques es conocido mundialmente como un paraíso remoto de aguas azules y cristalinas, que hacen soñar al turista más exigente. Pero Los Roques es mucho más que eso, al igual que muchos visitantes, las tortugas marinas también encuentran en sus arrecifes de coral, praderas de thalassias y solitarias playas el refugio ideal para descansar de sus largos viajes por el océano, comer rico, y si ya son mayores de 30 años, reproducirse y anidar.
En el Parque Nacional Archipiélago Los Roques se le da protección al hábitat de cuatro especies de tortugas marinas: la tortuga Verde (Chelonia mydas), la tortuga Caguama o Cabezona (Caretta caretta), la tortuga Carey o Parape (Eretmochelys imbricata) y la enorme tortuga Cardón o Laúd (Dermochelys coriacea).
La importancia de conservar el hábitat de las tortugas reside en la amenaza crítica en que se encuentran las pocas especies de tortugas que quedan en el mundo. Se reportan disminuciones en un 80% a un 90% en las poblaciones de estos fascinantes animales, que son tan antiguos como los dinosaurios, pero que los humanos estamos haciendo desaparecer.
Un sitio ideal para reproducirse
Las aguas tranquilas y poco profundas del archipiélago reúnen las condiciones ideales para el apareamiento, que ocurre en el agua. Los machos nunca vuelven a tierra, sólo las hembras regresan a la misma playa en que nacieron, al alcanzar la madurez sexual, unos 30 a 50 años después.
Para poner sus huevos las hembras salen del agua en la noche y cavan en la arena un hoyo profundo. Pueden hacer más de una visita en la playa antes de poner los huevos definitivamente.
En el archipiélago las tortugas ponen huevos durante casi todo el año, siendo más frecuente entre junio y septiembre. Para la tortuga Carey es la zona de anidación más importante de Venezuela y probablemente del Caribe Sur. De acuerdo a los registros de la Fundación Científica Los Roques, entre un 6& y un 77% de los nidos registrados pertenecen al Carey.
El mayor peligro para estas nidadas lo constituyen los pescadores que siguen su costumbre ancestral de consumir la carne y los huevos de tortugas. Antes de que salga el sol ya están navegando por los cayos y sus ojos expertos identifican los nidos, que son saqueados y los huevos consumidos por la población roqueña. Sin embargo, poco a poco encontramos más roqueños consientes y dispuestos a proteger las nidadas y los tortuguillos recién nacidos que se cruzan en sus recorridos.
Un menú distinto para cada especie de tortuga
Aunque las tortugas marinas son consideradas animales omnívoros, éstas tienen sus preferencias alimenticias. El Archipiélago Los Roques brinda en su diversidad de ecosistemas la variedad y abundancia de alimentos ideal para cada especie de tortuga.
La tortuga Cabezona o Caguama come casi todos los invertebrados que encuentra en el arrecife y en los manglares: esponjas, medusas, calamares, cangrejos, camarones, moluscos, almejas, ostras y todo tipo de conchas que abren con sus potentes mandíbulas.
La tortuga Carey, en cambio, es mucho más exigente en su dieta, se alimenta principalmente esponjas marinas que encuentra en abundancia en el arrecife, donde se han reportado más de 60 especies de esponjas (el 65% de las especies del país). La conservación de los arrecifes coralinos es vital para la supervivencia de esta especie, cuyo hábitat se encuentra cada vez más reducido en el mundo.
La tortuga verde, que se alimenta exclusivamente de plantas cuando es adulta, encuentra su alimento en las tranquilas aguas someras de las praderas de Thalassias o pastos marinos, otro de los ecosistemas protegidos en el parque. También se alimenta de las macroalgas que crecen sobre los corales, contribuyendo así al equilibrio ecológico del arrecife. Para ellas es vital que la pradera de pastos marinos esté libre de desechos que puedan ser ingeridos accidentalmente por las tortugas.
La tortuga Cardón, aunque también es omnívora, tiene preferencia por las gelatinosas medusas y agua malas, que pueden verse de todos los tamaños en el archipiélago y que captura gracias a las prolongaciones en forma de espinas que cubren el interior de su boca. Estas tortugas no pueden diferenciar una bolsa plástica de una medusa, por lo que muchas han muerto asfixiadas o por oclusión intestinal.
Cuando visite Los Roques recuerde que está en un Parque Nacional, no acepte ni consuma platos hechos con carne o huevos de tortuga y si el viento arranca de su mano una bolsita plástica o una botella vacía, corra, láncese al agua, haga lo que sea por recuperarla, una tortuga puede morir por su descuido.
fclr.director@gmail.com

Este artículo con fotografías puede ser leído en este enlace