La imagen que la mayor parte de los venezolanos tenemos de ballenas, orcas y delfines proviene de películas extranjeras filmadas en mares fríos. Sí alguien nos habla de esos organismos en nuestras costas creeremos que nos están tomando el pelo.
Esta situación se debe a que la mayor parte de la población urbana de Venezuela cada vez se aleja más del contacto y conocimiento empírico de la biodiversidad venezolana, y cada vez más nuestra experiencia de contacto con animales y plantas es a través del cine y la televisión. Por eso percibimos a nuestra biodiversidad como un hecho lejano y sin ninguna trascendencia para nuestras vidas.
Pero un grupo de venezolanos está buscando cambiar esa situación, y han trabajado fuertemente por llevar a las comunidades el conocimiento de su biodiversidad.
Lea la entrevista aquí