- Los últimos derrames registrados en julio de este año, habrían provocado la liberación de 11 mil barriles de petróleo al río Guarapiche y cerca de las costas de Paria
- Expertos calculan que con los 100 000 barriles de crudo vertidos en 2012, estaríamos frente a uno de los mayores derrames petroleros en agua dulce. Pero señalan que la falta de información oficial no permite confirmarlo.
Dos nuevos derrames de petróleo en los mismos lugares que fueron afectados hace seis años, la Península de Paria y el río Guarapiche, han despertado una ola de críticas en el país. La demora para controlar el avance del crudo, la contaminación de las fuentes de agua y el impacto en la biodiversidad, han obligado al gobierno a salir en busca de los posibles culpables.
Mientras tanto, para los pobladores de Maturín, capital del estado oriental de Monagas, situada junto al río Guarapiche, es inevitable recordar lo que vivieron hace seis años. Una película que esperaban no volver a ver jamás.
La escena que vuelve a sus memorias, es la de Eulogio del Pino sumergiendo un vaso de vidrio en el río Guarapiche para beber el agua delante de las cámaras. El entonces viceministro de Petróleo y vicepresidente de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) sonreía a pesar de la visible turbidez del líquido.
Veinte días antes un derrame petrolero ennegreció la principal fuente de agua de Maturín, dejando a sus habitantes sin servicio de agua potable por más de 60 días. El alcalde y el gobernador se negaban a reabrir la planta de potabilización, distribuyendo agua en camiones cisternas. Y Del Pino trataba de poner paños fríos a la situación, demostrando que era posible beber agua de la fuente recién contaminada con crudo.
El derrame se originó el 4 de febrero de 2012, cuando la ruptura de una tubería provocó el desborde de petróleo del Complejo Operacional Jusepín, en Maturín. Este incidente paralizó a su vez las operaciones de la planta potabilizadora que surte a la ciudad.

Pdvsa nunca confirmó la magnitud del desastre. No se supo cuántos barriles de petróleo fueron derramados. Solo dijeron que el crudo se esparció a lo largo de 75 kilómetros y que el 95 % pudo ser recogido. Pero luego empezaron a conocerse nuevos detalles, como que el desastre ambiental no se atendió durante las primeras 21 horas, porque los operarios de Pdvsa tuvieron que asistir antes a un acto oficial. Este evento retrasó la respuesta del Estado.
Esta es una de las razones por la que los expertos sostienen que el petróleo se extendió el doble. Lo que convirtió este incidente en “el mayor derrame petrolero en agua dulce en la historia a escala mundial, con una cantidad estimada de 64 000 a 120 000 barriles (liberados)”, indica la Red de Sociedades Científicas Médicas en su boletín número 35.
Al retraso en la aplicación de un plan de contingencia inmediato, se sumaron las críticas al trabajo de recolección del crudo. Fotografías mostraban a vecinos y empleados de Pdvsa trabajando con el torso desnudo, sin un equipo adecuado para la atención de una emergencia de esta magnitud. La estatal dijo que al final se usaron balsas de absorción, pero no se corroboró su uso.

Lo que sí se supo es que el petróleo llegó a los bosques ribereños del Guarapiche y a los manglares en el río San Juan. También se mencionó que alcanzó a la Reserva Forestal Guarapiche, la Reserva Nacional Hidráulica del mismo nombre, el Parque Nacional Turuépano, el área de Desarrollo Rural Valle del Guarapiche y que, finalmente, llegó al Mar Caribe, muy cerca de Trinidad y Tobago.
El informe “Una visión científica al problema del derrame en la cuenca del Guarapiche”, del biólogo experto en peces y secretario de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, Antonio Machado-Allison, publicado dos semanas después de conocido el suceso, señalaba que el derrame puso en peligro a 218 especies de peces. Esto incluye a cuatro especies endémicas sólo ubicadas en esta cuenca: la sardina pintada (Bryconamericus yokiae), la mojarra (Creagrutus hysginus), el corroncho (Chaetostoma venezuelae) y la aguja (Farlowella venezuelensis).
El desastre ambiental alarmó a los científicos que conocen muy bien la relevancia de la cuenca del río San Juan, por tratarse de un centro importante para el estudio evolutivo de la ictiofauna del continente. Y la mala noticia, es que la historia se vuelve a repetir.
Un desastre conocido
El 5 de julio un derrame de petróleo se reportó en el Golfo de Paria, tras identificarse una fuga en la plataforma petrolera de Couva en Trinidad y Tobago. Se sabe que la zona del desastre impacta directamente las aguas y costas de Venezuela, pues está localizada entre la desembocadura del Delta del río Orinoco.
Un día después, el 6 de julio, se reportó un segundo derrame. El río Guarapiche volvió a teñirse de negro. Y los 400.000 habitantes de Maturín otra vez fueron afectados por la falta de agua. La misma película se repite, aunque esta vez las escenas parecen ser más dramáticas. El desastre llega en medio de una crisis por la escasez de agua y la falta de alimentos, que ha generado incluso un incremento en el consumo de fauna silvestre

El gobierno de Trinidad y Tobago solicitó el 6 de julio ayuda internacional para detener la fuga de 10 000 barriles de petróleo de un pozo abandonado en las costas cercanas a Paria, tras el intento fallido de un grupo de buzos por detener el desastre. La fuga logró ser controlada el 17 de julio.
En Venezuela, el gobierno admitió que 1000 barriles de petróleo fueron a parar a las aguas del río Guarapiche. Y dijeron que las lluvias provocaron el desborde de dos de los tanques de la planta de recuperación secundaria del Complejo Operacional Jusepín de Pdvsa. Sin embargo, el periodista local, Ronny Rodríguez, recabó otra versión de los trabajadores.
“Las fallas operacionales y la falta de equipos en la principal industria estatal venezolana provocaron el accidente. Desde hace un año y medio han venido advirtiendo que hechos como este pueden presentarse pero no han sido tomados en cuenta”, dijo uno de los operarios. El periodista resaltó, además, que la respuesta del gobierno nuevamente fue tardía, por la falta de un vehículo para llegar a los tanques, porque demoraron en cerrar la turbina de forma manual y porque no contaban con equipos para drenar el crudo.
Distintas instituciones se pronunciaron sobre este nuevo desastre ambiental, una de ellas fue la ONG Provea, que al enterarse del segundo derrame sobre el Guarapiche, elaboró un informe. En este documento, la organización que trabaja por la defensa de los derechos humanos, señala que entre los años 2010 y 2016, el último período en el que Pdvsa ofreció un balance sobre el impacto ambiental de sus operaciones en el país, la petrolera fue “responsable de 46.820 derrames de crudo y otras sustancias contaminantes del ambiente, con un total de 856.722 barriles de crudo derramados”.
El informe también destaca que “30.674 de esos derrames afectaron cuerpos de agua como los ríos Guarapiche y San Juan, poniendo en riesgo a especies endémicas, dañando el equilibrio de la flora y fauna, y afectando las vidas y economías familiares de cientos de pobladores de estas zonas.”
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