En respuesta a la más reciente evaluación mundial del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA) sobre la contaminación por plásticos, nosotros, los expertos científicos abajo firmantes, subrayamos que las prácticas actuales de producción, diseño, uso y eliminación de plásticos tienen graves consecuencias para la salud de los ecosistemas, la biodiversidad, la salud humana (incluidos la fertilidad y el cáncer), el clima, los medios de vida sostenibles, la diversidad cultural y, por tanto, los derechos humanos en todo el mundo.
Los enfoques propuestos actualmente para abordar los retos que presentan los plásticos, los cuales se centran principalmente en la gestión de residuos y en acciones propias de niveles inferiores en la jerarquía de residuos y se limitan a la contaminación por desechos marinos, no reflejan adecuadamente las conclusiones del Comité Científico Asesor sobre Desechos Marinos y Microplásticos del PNUMA, que concluyó indicando la necesidad de un enfoque de ciclo de vida completo centrado principalmente en la prevención, la reducción y el rediseño de los plásticos problemáticos fuera de la economía mundial.
La contaminación causada por los plásticos durante su ciclo de vida es transfronteriza y transgeneracional. Así pues, los impactos de los plásticos son similares al cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el agotamiento de la capa de ozono y los efectos de contaminantes orgánicos persistentes, para todos los cuales ya existen acuerdos multilaterales sobre el medioambiente (AMUMA) relacionados. Hacemos un llamamiento a los gobiernos para que respalden el establecimiento de un nuevo tratado mundial basado en el consenso científico revisado de forma independiente, así como en los conocimientos, las innovaciones y las prácticas locales y tradicionales de los pueblos indígenas y las comunidades locales para afrontar la crisis de los plásticos que se está produciendo a escala mundial.
La producción de plástico virgen ha pasado de dos millones de toneladas anuales en 1950 a 367 millones de toneladas en 2020. Se prevé que supere los mil millones de toneladas anuales para 2050, convirtiendo este nivel de producción en un motor del cambio climático. La filtración de plástico en la biosfera, como la basura y los residuos en los sistemas gestionados, también ha aumentado considerablemente en los últimos años y se estima que casi se triplique entre 2016 y 2040. Aproximadamente 7000 de los 9200 millones de toneladas de plástico producidos entre 1950 y 2017 son ahora residuos, tres cuartas partes de los cuales se encuentran depositados en vertederos o se acumulan en ecosistemas terrestres y acuáticos.
Se está produciendo una exposición irreversible, agravante y a escala planetaria de nuestro medioambiente, los ecosistemas y los organismos, incluidos los seres humanos, a los plásticos y a los monómeros, oligómeros, aditivos, catalizadores, auxiliares de polimerización y sustancias añadidas de forma no intencionada. Aunque siguen existiendo lagunas en los conocimientos, existen pruebas claras e inequívocas de que la contaminación causada por los plásticos a lo largo de su ciclo de vida está afectando negativamente todos los niveles de la organización biológica, desde el genético y epigenético, el celular y el subcelular, hasta el nivel de los organismos, las poblaciones y los ecosistemas, contribuyendo así a la pérdida de biodiversidad y sumándose al cambio climático. También existen pruebas de que ya se ha superado el espacio operativo seguro para el límite planetario en cuanto a “contaminación química y nuevas entidades” (incluida la contaminación por plásticos).
Asimismo, los costes económicos de la contaminación por plásticos en el medio marino por sí solos son significativos. En 2018, se estima que la contaminación por plástico costó entre 6000 y 19 000 millones de dólares en todo el mundo por su impacto en el turismo, la pesca y la acuicultura. Se espera que esta cifra aumente de acuerdo con las tendencias proyectadas en cuanto a producción, comercio y uso. Esta cifra subestima enormemente los costes reales, ya que no tiene en cuenta la pérdida de ingresos futuros por la degradación del hábitat y los impactos ecológicos que contribuyen a la pérdida de biodiversidad, ni incluye los importantes costes directos e indirectos relacionados con la salud humana, el bienestar cultural y social y otros impactos económicos, sociales y medioambientales difíciles de cuantificar.
Como expertos que han leído y contribuido a la literatura multidisciplinar sobre la contaminación por plásticos, basándonos en investigaciones empíricas y aplicadas, hemos llegado a la conclusión de que el rápido aumento en la producción de plásticos ha omitido por completo la consideración del principio de precaución, no ha reconocido los múltiples factores externos negativos y no ha tenido en cuenta el fin de la vida útil en la fase de diseño de los productos de plástico.
Reconocemos los esfuerzos realizados por los gobiernos y las organizaciones de todo el mundo para combatir la crisis de los plásticos. Sin embargo, subrayamos que ningún país puede abordar solo este reto, profundamente sistémico, y que los compromisos existentes sólo contribuirán a reducir un 7 % las emisiones de residuos plásticos al medioambiente. Una industria del plástico en gran medida no regulada y los marcos políticos nacionales e internacionales que apoyan y subvencionan a las industrias contaminantes suponen una grave amenaza para la salud humana y de los ecosistemas, los derechos humanos y la estabilidad climática. También reconocemos que el reciclaje de plásticos por sí solo no es una solución a un problema de esta magnitud, ya que actualmente sólo una pequeña parte y muy pocos tipos de plásticos monomateriales son reciclables, la fabricación con materiales reciclados requiere el uso de plásticos vírgenes, no se está abordando el tema de los residuos tóxicos en los plásticos reciclados, el reciclaje conlleva su propia carga medioambiental y las campañas de reciclaje se utilizan a menudo para aumentar el consumo de productos de plástico en lugar de disminuirlo.
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