Consumo responsable. Charo Méndez.

Hoy más que nunca
Consumo responsable
Charo Méndez

En otras oportunidades hemos hablado de prácticas de responsabilidad social empresarial relacionadas con el consumo responsable (por ejemplo, en el caso de comercializadoras de bebidas alcohólicas), así como de prácticas empresariales de orientación para el post-consumo responsable (el reciclaje de vidrio). También hemos analizado prácticas de comercio justo. Esta vez, vamos a tratar la actitud responsable por parte de los consumidores

“Consumo responsable” ha sido un concepto defendido por organizaciones ecológicas que consideran que las personas pueden cambiar sus hábitos de consumo, ajustándolos a sus necesidades reales, y optando por aquéllos que favorezcan la conservación del medio ambiente y la igualdad social. Suelen señalar que los aspectos a tener en cuenta para un consumo responsable son:
• Considerar el impacto ambiental del ciclo de vida del producto a comprar.
• Determinar la huella ecológica que produce un determinado estilo de vida.
• Preferir productos que respetan el medio ambiente y los Derechos Humanos.
• Plantearse el tipo de comercio que se desea favorecer.
• Asegurarse de la calidad de lo que se compra.

La ciudadanía demuestra sus valores en su acto de comprar
Este concepto se ha convertido en una posición de referencia internacional. En la declaración oficial de Naciones Unidas en la Cumbre de la Tierra (2002) se planteó que “las principales causas de que continúe deteriorándose el medio ambiente mundial son las modalidades insostenibles de consumo y producción, particularmente en los países industrializados”.
En esa ocasión se formuló un llamado a recurrir a modelos de consumo responsable. En esta forma la elección de los productos y servicios debe hacerse no sólo con base en su calidad y precio, sino también por su impacto ambiental y social, así como por la conducta de las empresas que los producen.
Otra manera de entender el consumo responsable es aquélla que implica consumir menos, mediante la elección de consumir sólo lo necesario. El principio fundamental es que con nuestra elección de compra, todos somos corresponsables de los impactos sociales y ambientales de la producción. El calificativo de “responsable” valora la importancia que tiene el consumidor en el momento de elegir.

Consejos para un consumo responsable
Distintas organizaciones han formulado consejos tales como: antes de comprar un producto reflexione detenidamente si realmente lo necesita; si decide comprarlo averigüe cuál es la materia prima con que se fabrica y si genera algún impacto ambiental o injusticia social; cada vez que compre debe pensar en los residuos y la basura que genera; evite los productos de “usar y desechar” si no son estrictamente necesarios; rechace las bolsas de plástico si puede usar las de tela; compre el contenido y no el envase; recicle y reutilice antes que volver a comprar; prefiera productos con envases retornables o reutilizables; consuma productos locales, ecológicos y reciclados; infórmese sobre las repercusiones sociales y medioambientales de los bienes y servicios; asegúrese de adquirir bienes más saludables y duraderos; y haga un adecuado mantenimiento de sus productos.

Los ciudadanos tenemos el control
Se habla de consumo responsable de ciertos productos como bebidas alcohólicas y medicamentos. En el caso de las primeras se desarrollan campañas sobre “conductor designado” para evitar accidentes viales. En el caso de los segundos, existen campañas contra la auto-medicación. Un ejemplo es un hospital en India que aconseja a la sociedad no automedicarse, ya que se trata de una conducta riesgosa que puede causar consecuencias fatales. En ambos casos las empresas o instituciones transmiten mensajes socialmente responsables vinculados con el consumo de productos o servicios que ellos mismos ofrecen al consumidor.
También se habla de consumo responsable de los recursos naturales, específicamente del agua y de la energía. Al hablar de consumo responsable del agua se recomienda al consumidor: conocer su consumo de agua para compararlo con el consumo diario medio doméstico por habitante; chequear el adecuado funcionamiento de sus aparatos sanitarios; revisar sus hábitos de consumo y decidir cambios tecnológicos necesarios.
Los consejos prácticos para el hogar suelen ser: reparación de fugas; ducharse en vez de usar la bañera; cerrar el grifo durante el cepillado de dientes y el afeitado; no emplear el inodoro como papelera; no descongelar alimentos bajo el chorro de agua; no lavar los platos con el grifo abierto; completar la carga del lavavajillas antes de usarlo; utilizar la lavadora cuando esté llena; ajustar la dosis de detergente; evitar el prelavado en la lavadora. En algunos países la descarga de agua de las lavadoras se está reutilizando para vaciar los inodoros.
La importancia del tema es tal que existen consejos de ahorro de agua específicos para oficinas, hospitales, centros deportivos, hoteles, bares y restaurantes, centros educativos, en la industria, en zonas verdes, en auto lavados. Por ello, en ciertas cadenas de hoteles ya les preguntan a los huéspedes si desean que les cambien diariamente las toallas.

El consumo responsable de la energía
En este momento es un tema fundamental, especialmente para Venezuela. Los consejos que hemos recibido son: apaga todo lo que no estés utilizando; utiliza electrodomésticos ahorradores; descongela y limpia la nevera, y las zonas con hielo y barras condensadoras de atrás; deja las paredes de la nevera libres para que circule el aire y enfríe mejor; no metas en la nevera comida caliente; no abras y cierres continuamente la nevera; utiliza más el microondas que el horno eléctrico; cuando utilices el horno cocina varios platos a la vez; no metas en el horno comida fría o congelada para preparar; usa la lavadora cuando esté llena y con programas de lavado corto; utiliza el sol para el secado de la ropa; usa el lavavajillas sólo cuando esté lleno; utiliza bombillos de bajo consumo y en las habitaciones los de menor potencia; si tienes cocina eléctrica apágala antes de terminar de preparar la comida; utiliza el aire acondicionado a 25 grados promedio con las ventanas y puertas cerradas; limpia el filtro de polvo del aire acondicionado; no dejes los electrodomésticos conectados; desenchufa los calentadores eléctricos por la noche; selecciona aquel tipo de ropa que no es necesario planchar…
Las empresas pueden ser socialmente responsables promoviendo en sus clientes el consumo racional y seguro de los productos. Por nuestra parte, los ciudadanos tenemos el control sobre las acciones de compra y sobre el consumo.
Se sugiere consultar: www.consumoresponsable.org / www.consumo-responsable.com / www.ecologistasenacción.org.

Antes de comprar un producto reflexione detenidamente si realmente lo necesita; si decide comprarlo averigüe cuál es la materia prima con que se fabrica y si genera algún impacto ambiental o injusticia social…

Artículo publicado en la Revista Vecino Saludable de las redes de farmacias SAAS y BOTIQUERIA.
Cortesía de la autora y el Grupo COBECA