Mirando la entrevista que El Radar de los Barrios le hizo, uno no puede dejar de alegrarse de compartir aunque sea la nacionalidad con Lorenzo Mendoza. Desde hace años pugnaba por atreverme a disentir de uno de los más sacrosantos emblemas del Liberalismo (doctrina que en lo esencial comparto): la Igualdad de Oportunidades. Sigo cuadrado con Hayek y Mises en la defensa del mercado, pero difiero radicalmente de que pretender igualar materialmente a los seres humanos conduzca de manera inevitable al totalitarismo. ¡¡Porque no es cierto!! Cuando la Empresa Privada asume la necesidad de contribuir a la igualación material de las personas, cuando se intuye que la Igualdad de Oportunidades no basta ¡¡porque no tienen ni de lejos las mismas oportunidades el niño rico y el pobre!!, cuando, en síntesis, la Empresa Privada asume el Desarrollo Espiritual y el Compromiso Moral para con los humildes, cuando asume la necesidad de crear una verdadera Igualdad de Oportunidades, esto es, de mejorar las condiciones de vida de los excluidos, no se corre el peligro de perder la libertad ni de caer en el totalitarismo. Todo lo contrario, se refuerzan de manera poderosa la Igualdad y la Democracia.
Lorenzo Mendoza -indirectamente- criticó a la Igualdad de Oportunidades arremetiendo contra otro poderoso cliché, frente al cual sí no me habría yo atrevido. Es la idea según la cual de lo que se trata es de “Enseñar a la gente a pescar y no de regalarle el pescado”, que es una variante de la “Igualdad de Oportunidades”. Claro que en principio hay que enseñarlos a pescar, hay que prepararlos para que se ganen la vida por sí mismos. Pero, ¿de qué van a vivir mientras aprenden a pescar? Y, el verdadero problema: ¿Qué hacer en una economía en la cual no se cumple el dogma del Pleno Empleo, en tanto que lo normal y casi congénito, es el desempleo? ¿Qué hacer con la gente más pobre, mientras salimos de la crisis y aparece el empleo? ¿Seguiremos enseñándolos a pescar? Lorenzo Mendoza dio la respuesta contundente que desde hace tiempo queríamos atrevernos a dar: Sí, hay que enseñarlos a pescar, pero si no consiguen trabajo ¡¡hay que regalarles el pescado!! La Empresa Privada tiene que consolidar un compromiso moral con la gente, tiene que restearse con los más pobres y ayudarlos a sobrevivir. En la medida de sus posibilidades, por supuesto, y pugnando para que no se malacostumbren, pero afrontando de verdad el problema.
Pero a partir de allí, el joven Mendoza se puso aún más contundente y yo no pude sino apelar a mi más entusiasta y vulgar ¡¡yeessss!! Fue muchísimo más de lo que yo aspiraba a oír. Dijo el Presidente de Polar que la Responsabilidad Social de la Empresa era un cliché académico. Que no se trataba de atender materialmente las necesidades sociales de los seres humanos, para “tomarse la foto”, salir en la prensa y entrar en el ranking de las 10 empresas más preocupadas por “lo social”; con lo cual ¡¡sus ventas y sus ganancias subirían!! Dijo que en lugar de tomarse la foto, el verdadero asunto era identificarse espiritualmente con la gente, metérseles en la vida, ¡¡plantearse seriamente -agregaría yo- la noción cristiana del Amor al Prójimo, pasar de la ayuda material al compartir la vida en su dimensión más profunda!! Sentirse UNO con los más pobres: la única posibilidad de darle al Capitalismo el empuje moral que tanto necesita, el único chance de encontrarle una salida a la profunda crisis que hoy vive. Y de la cual no tiene la menor posibilidad de salir si no da ese inmenso Giro más que Espiritual, Religioso.
Publicado por Emeterio Gomez en el Universal el 24 de junio de 2012.
http://emeteriogomez.wordpress.com/2012/06/24/basta-con-ensenarlos-a-pescar/