Vamos a compartir la experiencia de Muhammad Yunus en America Latina. Yunus, también conocido como el “banquero de los pobres”, participó en la Cumbre de Microcrédito para América Latina y el Caribe 2009, que reunió hasta el viernes en Cartagena a unos 1.000 expertos de la región.
El Premio Nobel de la Paz de 2006, Muhammad Yunus, señaló, que están en el proceso de abrir un Grameen Trust o banco de los pobres en Colombia y en México, y a la espera de que se abra una “sucursal” similar en Paraguay. “Trabajamos en Costa Rica, al igual que en Guatemala, y por eso no vemos por qué no podría funcionar (el Grameen) en Colombia”. Estamos comenzando en México y esperamos hacerlo también en Paraguay”, señaló
Yunus. En una entrevista dada a la agencia EFE, Yunus explicó que el banco “le presta dinero a la gente más pobre”, y actualmente, precisó: “tenemos ocho millones de personas beneficiadas, un 97 por ciento de ellas mujeres”.
Explicó que la entidad presta “mas de cien millones de dólares al mes”, el crédito promedio “es de 220 dólares” y “la tasa de pago es del 97, 98 por ciento”. Según Yunus, el banco “es de propiedad de aquellas personas que se
benefician”, y “las ganancias regresan a esas personas” más pobres, quienes, señaló, “reciben dividendos”. Para el Premio Nobel, las modalidades del sistema de créditos del Grameen “funcionarían en cualquier parte” porque “no exigimos garantías, no necesitamos abogados, no necesitamos ninguna presentación y tampoco identificación”, y así “se ha podido trabajar”, y eso, remarcó, “es muy conveniente para los pobres”.
“Mi sensación personal es que la gente pobre es gente en cualquier parte del mundo”, sin importar el color de la piel (…), y los pobres tienen los mismos problemas en todas partes ya sea que vivan en Nueva York o en Bogotá, o en un pueblo, o en Cartagena”, subrayó Yunus. Eso, indicó, “realmente no es un problema para nosotros”, y explicó que “trabajamos en los pueblos de Bangladesh igual que en pueblos de la China o en la Ciudad de Nueva York, de manera que estamos familiarizados” con los pobres en todo el mundo. También explicó que los créditos otorgados por la entidad son utilizados para “cultivar, criar animales, poder venderlos”, pues cada persona “comprende más de su negocio que nosotros”.
La experiencia de Yunus, es perfectamente replicable en Venezuela, donde deben hacerse esfuerzos importantes para incrementar los niveles de bancarizacion. Uno de los puntos principales para que estos créditos funcionen, es la cultura del repago, es decir, que los beneficiarios de los créditos, entiendan que no se trata de regalos ni donaciones y que esos prestamos deben devolverse en beneficio de ellos mismos y de otros. También es importante que las instituciones que presten lo hagan a personas con labores, ideas o proyectos sustentables y que existan controles que permitan hacer un buen seguimiento y la cobranza. Lo cierto, es que el modelo del Grameen Bank bien entendido funciona y ya ha sido probado en 30 países del mundo.
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