Etiquetas del tipo #Agenda2030 #COP21 #CMP11 #Paris2015 #ODS #MetasGlobales seguramente han llamado la atención de más de un venezolano en las últimas semanas. Pero, ¿Cuánto sabemos de éste evento que causa tanto revuelo en los círculos ambientales?
Empecemos por el principio, el pasado 29 de Septiembre se aprobó en asamblea de la ONU la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, allí se acordaron 17 objetivos y 169 metas que abarcan de forma integrada temas económicos, sociales y ambientales: Los Objetivos de Desarrollo Sustentable y las Metas Globales que los países firmantes se comprometen alcanzar en los próximos 15 años, y que deberían integrarse en los planes de gobierno y políticas de estado. La mayor parte de los objetivos y metas globales están ligados a temas ambientales y son producto de dos años de consultas públicas y negociaciones entre los estados.
En línea con estas metas, el próximo diciembre se llevará a cabo en París la 21° sesión de la Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), y la 11° sesión de la Reunión de las Partes en el Protocolo de Kioto (CMP). Estas son convenciones universales de principios que reconocen la existencia de un cambio climático como consecuencia de la actividad humana, responsabilizan principalmente a los países industrializados y les atribuyen la obligación de luchar contra él.
Reducir el aumento de la temperatura parece una idea maravillosa en estos días en que los venezolanos estamos pasando una ola de calor sin reservas.
¿Quiénes son las “partes”? La COP incluye a los representantes de los 196 estados que forman parte de la convención, entre ellos Venezuela.
¿No teníamos ya un tratado para luchar contra el Cambio Climático? Si, el convenio del cambio climático existe desde hace más de 20 años. Pero los cambios necesarios requieren acciones globales, esfuerzos concertados y sobre todo programas orientados a permitir que los modelos sean factibles a pesar de las diferencias en grado de desarrollo de las naciones. En ésta oportunidad se busca garantizar la efectiva implementación de los acuerdos para lograr el objetivo: reducir las emisiones de efecto invernadero y limitar el aumento de la temperatura global a los 2°.
El esfuerzo por la implementación de fuentes de energía alternativas es un tema central, pero a diferencia de ediciones anteriores la COP21 se ha promovido bajo las banderas de la solidaridad, la lucha contra la pobreza y la promoción de nuevos modelos de desarrollo. Entendiendo que los primeros y principales afectados por los efectos del cambio climático son las poblaciones más pobres, la COP21 se enfoca en afinar los medios de financiamiento y protección de los derechos humanos a las poblaciones más afectadas a la par de exigir la reducción de emisiones.
Una de las tareas clave de la COP en todas su ediciones es la revisión de las Comunicaciones Nacionales e Inventarios de Emisiones que deben ser enviados por los estados partes. Lamentablemente, Venezuela está en mora con la elaboración de éstos informes. Y es lamentable no por el formalismo, sino porque recabar, organizar y evaluar ésta información es vital para el desarrollo de la gestión ambiental nacional. Preocupa que los voceros oficiales manifiestan que recién ahora se está trabajando en formar y armar los equipos que empezarán a trabajar en la elaboración de los informes. ¿Con qué parámetros se está trabajando en la elaboración de planes actualmente si no hay una base sólida de datos que permitan fundamentarlos? Nos alarma que la divulgación de planes de acción de las autoridades en materia de ambiente se limite a nombrar proyectos de Misión Árbol, Misión Vivienda y planes de ahorro energético, sin que a éstas alturas se hayan publicado informes cuantificables de los resultados de la gestión. Existe una falla rotunda en el manejo de la información técnica y su difusión aunada a la crítica situación institucional de la administración ambiental.
¿Qué papel jugamos los ciudadanos comunes en la COP21? La convención es un evento político de alto nivel, pero como ciudadanos nuestra participación empieza por exigir a nuestras autoridades el cumplimiento de los programas de gestión ambiental, la difusión de informes y resultados, la promoción del estudio científico y el apoyo a las entidades que trabajan en pro del ambiente.
De lo que se decida éste diciembre en París pueden depender las políticas ambientales a nivel global que determinarán qué tan caliente será el futuro que nos espera.
Por: Soledad Santamarina
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