Negocios verdes, proveedores verdes, empleos verdes, consumidores verdes. Charo Méndez

 

Negocios verdes, proveedores verdes, empleos verdes, consumidores verdes…

En el tema de la responsabilidad social empresarial la preocupación ambiental está presente cada día con más fuerza. En ocasiones, el tema ambiental aparece como un grupo de interés específico. En otras aproximaciones, se considera como un eje transversal de la actuación hacia los grupos inversionistas, empleados, consumidores, proveedores y comunidades

Charo Méndez
vecinosaludable@cobeca.com

*Alwine Woischnik, Doctora en Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Nuremberg (Alemania)

En las inversiones socialmente responsables, cada vez más se incorporan indicadores ambientales para tomar la decisión sobre el tipo de inversión a realizar. Para garantizar un medio laboral seguro y saludable a los empleados es imposible desconocer los parámetros ambientales como, por ejemplo, la calidad del aire. Hacia los proveedores, las empresas pueden tomar en cuenta criterios ambientales para realizar compras de manera responsable, mediante la exigencia de, por ejemplo, garantías de procedencia de las materias primas. Hacia los consumidores las empresas pueden brindar orientación en función del post-consumo, como es el caso de la disposición de contenedores de cartón y plástico. Hacia las comunidades es imposible que las actuaciones de las empresas no tomen en cuenta asuntos ambientales como calidad del agua, emisiones de ruido y gestión de la basura, entre muchos otros.

Un mundo exigente

El tema ambiental está presente en las más importantes exhortaciones internacionales a las empresas vinculadas con responsabilidad social empresarial (RSE). El Pacto Global de Naciones Unidades contiene 10 principios, tres de los cuales están relacionados con derechos ambientales. Las Normas de Derechos Humanos para las empresas integran  ocho grupos de derechos, uno de los cuales alude directamente a la preservación ambiental. La GRI (Global Reporting Initiative), para que las empresas presenten sus memorias de sustentabilidad o sus balances sociales, incorpora unos 79 indicadores, treinta de los cuales son ambientales.

Existen, por otra parte, múltiples lineamientos, guías, certificaciones y normas internacionales que incorporan criterios ambientales, por ejemplo, FSC (Forest Stewardship Council) ofrece una garantía de que la materia prima utilizada es de procedencia forestal. Por su parte, el FLO (Fairtrade Labelling Organizations Internacional) otorga un sello de comercio justo que también incorpora la preservación del ambiente.

Existen variados conceptos respecto a la actuación ambientalmente responsable, tales como: Gestión ambiental, Eco-eficiencia, Ecología industrial, Producción limpia, Consumo ambiental responsable, Cadena de proveeduría sostenible, Compra pública verde, Licencia ecológica para operar. Algunos tienen que ver con el concepto de “compensar”, otros con el de “mitigar” y otros más con el de “utilidad ambiental”; éste último busca trascender incluso las nociones de compensar y mitigar lo que se genera como impacto ambiental.

“Eco-negocios”

Tradicionalmente este tema se trataba más en las áreas de producción petrolera, cementera y generalmente extractiva. Hoy en día, se presenta en nuevos ámbitos como la hotelería (estadías más limpias), arquitectura sostenible (edificios verdes), turismo sostenible, agricultura orgánica, eco-moda, tecno-ecología y transporte sostenible, entre muchos otros.

La doctora Alwine Woischnik* describe los “eco-negocios” como aquellos vinculados a la protección ambiental en su más amplio espectro; incluyen la producción, venta, aplicación, transferencia, implementación y mantenimiento de tecnología ambiental. Estos bienes y servicios ambientales componen el llamado “mercado ambiental” que ha experimentado un fuerte crecimiento y una consolidación en el ámbito internacional.

Los efectos de la protección ambiental sobre el empleo pueden ser positivos o negativos. Estudios realizados demuestran que la protección del medioambiente no destruye sino que crea empleos, lo cual se conoce como “empleos verdes”. También permiten la creación de nuevas empresas que sepan responder a las demandas de los consumidores por unos productos y servicios ambientalmente sostenibles, lo cual la autora denomina el “emprendimiento verde”, hecho que a su vez va a fomentar la “eco-innovación” y la creación de “eco-negocios”.

Algunos ya manifiestan preocupación sobre los productos verdes, las empresas verdes, los mercados verdes y los empleos verdes, porque consideran que desplazarán aún más a los países pobres y en vías del desarrollo, ya que constituyen exigencias que para ellos serán más difíciles de cumplir.

RSE en verde

Ahora queremos compartir algunos ejemplos para ilustrar las acciones que realizan empresas en este contexto:

•    Un banco que tiene una sección de estudios de riesgo para financiar a clientes empresariales a los cuales exige certificación ambiental.
•    Una comercializadora de cafés verdes que brinda asistencia técnica y transferencia tecnológica a los caficultores.
•    Una empresa de reciclaje de desechos tecnológicos que entrega certificación de reciclaje a las empresas que utilizan sus servicios.
•    Una cementera que tiene un túnel de cemento subterráneo como mecanismo de trasporte.
•    Una empresa municipal de servicios de electricidad, agua y telefonía que tiene un programa de saneamiento ambiental de un río.
•    Una empresa de neumáticos que realiza disposición adecuada de llantas entregándolas a cementeras como combustible alternativo y utilizándolas como estructuras de contención y rellenos.

Lo verde, lo ambiental, es parte de la responsabilidad social empresarial… aunque algunos insistan en diferenciar la responsabilidad social de la responsabilidad ambiental.