¿Por qué no hay agua en Caracas? Prodavinci

Caracas debería tener agua corriente siempre. Hay fuentes suficientes y dos alternativas para el suministro: el bombeo, cuando el agua sube hasta la ciudad; o por gravedad, que no requiere electricidad, para contingencias como fallas eléctricas y terremotos. Cuando ocurrieron los apagones de marzo de 2019, todos los embalses que envían agua por gravedad estaban vacíos, dicen los expertos. La falta de agua es un problema de gestión, mantenimiento e inversión, no de diseño hidráulico.
Los apagones masivos empeoraron la escasez de agua que han vivido los caraqueños desde 2014, cuando Hidrocapital publicó los primeros planes de racionamiento. Los habitantes de Caracas recibieron en promedio 50 horas de agua corriente a la semana en 2016 y 2017, según el análisis que hizo Prodavinci a los planes en el especial Vivir sin agua.

El derecho humano esencial de acceso al agua se cumple cuando es suficiente y continuo para la higiene, el consumo y las tareas domésticas, según la Organización Mundial de la Salud.

En 1958, Gabriel García Márquez contó la escasez de agua en la ciudad. Ese año, el servicio en la capital se paralizó durante un verano intenso porque el embalse La Mariposa estaba casi vacío. El Sistema Tuy I era como una garganta seca. El novelista colombiano escribió la crónica Caracas sin agua cuando el Instituto Nacional de Obras Sanitarias, INOS, decidió racionar el suministro. No existían reservas de emergencia, y pasarían nueve años antes de la inauguración de un nuevo sistema de producción de agua. En las primeras dos décadas de la democracia venezolana, las fallas de abastecimiento se superaron con la construcción de obras hidráulicas. Se inauguró Tuy II en 1967, luego Tuy III en 1980. A su vez, la población creció y las zonas urbanas se extendieron a las colinas del valle. El servicio se estabilizó en los 90, y mejoró al incorporar al embalse de Taguaza en 1998. Un año después, la ciudad recibía 20.000 litros por segundo, es decir, el equivalente a dos camiones cisternas cada segundo. En 2019, entran a Caracas 6.000 litros por segundo menos por el deterioro de la red. Los expertos denuncian fallas constantes en las estaciones de bombeo. Las obras de un cuarto sistema, que llevaría 21.000 litros por segundo a Caracas, 150% más agua que toda la que llega a la ciudad actualmente, son todavía una promesa. El presidente Hugo Chávez dijo que inauguraría el Sistema Tuy IV en 2010. Nueve años después no se ha completado el proyecto.

El agua se recoge en embalses, luego se trata en plantas para mejorar su calidad y se distribuye a las viviendas a través de tuberías y estaciones de bombeo que suben el agua cuando la ciudad está más arriba del embalse donde se capta. Cuando la ciudad está en cotas más bajas, se aprovecha la gravedad y no es necesario el bombeo. Los tanques de almacenamiento suman un volumen equivalente a seis horas de consumo promedio.

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