Escribo estas líneas en memoria de Diego, Armando y las más de 50 personas asesinadas sólo en este año en el contexto de las protestas que se vienen realizando en Venezuela. Son mis propias reflexiones sobre lo que para mí significa ser biólogo en estos días, por ello me perdonan si hablo en primera persona.
“Bio” es una raíz de origen griego que significa vida. Es usada para construir palabras como biografía, biología, biofilia y bioética.
Cuenta mi madre que desde niño tuve aptitudes para la biología. Lo dice, porque según ella, me la pasaba horas enteras mirando la actividad incesante de las hormigas en sus hormigueros. Más adelante disfrutaba viendo documentales de la naturaleza en el antiguo Canal 5.
No sé si para ser coherente con este interés decidí ser biólogo. Para muchos esta resolución es parecida a la de ser economista o taxista: Conseguir un medio para ganarse la vida. Pero no todos lo vemos de esa manera. Aunque por supuesto esperaba que ser biólogo me ayudara a ganarme la vida, esa era sólo una parte de lo que me gustaba de esa ciencia.
Un biólogo es un científico que estudia el fenómeno de la vida. Pero personalmente creo que uno no puede estudiar algo que no ama. Es como ser médico o artista. En esas profesiones quienes no sientan, en cada caso, un compromiso con la vida de sus pacientes o con el arte, quizás puedan llegar a ser profesionales exitosos, pero su trabajo siempre será imperfecto.
Para mi ser biólogo es un compromiso ético con la vida sobre la Tierra. Desde esta perspectiva los biólogos queremos estudiarla para entender el milagro de la vida. Y luego a partir de allí poder expandir su fuerza en miles de aspectos aplicados a nuestra existencia humana. Acciones que deberían hacerse en permanente diálogo respetuoso con la Naturaleza.
Hablar de compromisos con la Tierra o la Naturaleza suena a discurso populista o a fantasías hippies. Pero la experiencia global nos recuerda que tratar de imponer dinámicas que ignoren los procesos naturales, generalmente termina en degradación humana, cuando no en tragedias.
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