El paso de Portachuelos en el Parque Nacional Henri Pittier es una ruta migratoria y de desplazamiento habitual de aves en la que, gracias a Audubon de Venezuela y dirigidos por el Dr. Miguel Lentino de la Colección Ornitológica Phelps, existe un programa de monitoreo que permite contar con una importante base de datos que ayudaría a trazar estrategias de conservación a favor de todas las especies de aves que por allí transitan cada año.
La observación de aves es una de las actividades de recreación y esparcimiento asociadas a la naturaleza que goza de mayor popularidad, y sigue creciendo en varios países del mundo. En Venezuela existe una ONG que desde 1970 trabaja a favor de la conservación de la avifauna y que ha utilizado la observación de aves como una herramienta para incorporar voluntades e involucrar al ciudadano en actividades que beneficien a las aves y la forma como interactuamos con ellas; la Sociedad Conservacionista Audubon de Venezuela (SCAV).
Cada fin de semana los miembros y allegados a Audubon visitan distintos rincones de nuestra geografía en interesantes excusiones dedicadas a la observación de aves. Además de estas actividades, la SCAV adelanta programas de educación ambiental y participación, entre los cuales destaca “Las Aves Entran en las Escuelas”, por medio del cual se ha capacitado a decenas de docentes con el objetivo de que puedan incorporar el tema de las aves en el calendario escolar. Igualmente, Audubon lleva a cabo todos los años el Festival Mundial de las Aves, en el cual se realiza el Avethon de Caracas, una especie de maratón de observación de aves que cada año reúne a más personas interesadas en el tema.
Una de las actividades más interesantes realizadas por la SCAV es sin duda el Programa de Monitoreo y Anillado de Aves en paso de Portachuelos en el Parque Nacional Henri Pittier, estado Aragua, el cual se realiza desde 1990 bajo la Dirección del Dr. Miguel Lentino de la Colección Ornitológica Phelps (COP).
El Parque Nacional Henri Pittier es un espacio de gran valor para el estudio de la avifauna. Se estima que en este Parque se ha reportado cerca del 43% de las especies de aves presentes en Venezuela, estadística bastante impresionante, sobre todo si tomamos en cuenta que su superficie es de apenas 107.800 ha. Entre las especies reportadas se incluye una importante cantidad de aves que cruzan el paso de Portachuelos durante su ruta migratoria latitudinal (de norte a sur y de sur a norte), así como otras especies residentes que realizan desplazamientos diariamente por esta zona.
El anillado se realiza durante los meses de septiembre y octubre de cada año en Portachuelos. El equipo está constituido generalmente por un ornitólogo, el cual es responsable por la toma de datos y está acompañado de cinco o seis voluntarios. Se utilizan entre 12 y 14 redes o mayas de niebla de 12 metros de largo para la captura de las aves que atraviesan el paso desde el amanecer hasta el atardecer. Se coloca un anillo metálico en el tarso de las aves migratorias y varias residentes, según sea el interés de investigación. Cada uno de los individuos capturados ofrece datos importantes que pueden variar dependiendo de la especie y que van desde medidas de ala, de pico, de los tarsos y el peso del animal. Además se realizan observaciones relacionadas al sexo de los individuos en caso de existir dimorfismo sexual (diferencias notorias entre machos y hembras de una misma especie), plumaje y otras características del ave que puedan ser de interés.
Este programa busca mantener un monitoreo constante en la zona, con el fin de comprender a fondo los procesos migratorios de las aves y detectar cambios en la dinámica poblacional de las especies que hacen uso de este paso. Además, se realiza el anillamiento de las aves como una forma de marcaje individual, lo que permitirá a futuro obtener datos importantes de frecuencia de uso del paso en caso de la recaptura de un mismo individuo, así como realizar seguimiento en cualquier lugar de su ruta migratoria a lo largo del continente. Ello resulta importante particularmente en el caso de las especies de aves migratorias de Estados Unidos, muchas de las cuales han presentado reducciones poblacionales considerables, por lo que mantener un monitoreo constante en las zonas de invierno o rutas migratorias, como el paso de Portachuelos, es fundamental para identificar las posibles causas de la disminución de estas poblaciones.
Una de las características más resaltantes de este programa es la continuidad que ha tenido, lo que sin duda lo convierte en una referencia de investigación científica en el país. Durante 22 años más de 500 voluntarios de diversas Universidades y Organizaciones han participado en el anillado, cada uno de ellos ha tenido la oportunidad de aprender de la mano de especialistas las técnicas de monitoreo de aves, esto es un aporte considerable a la capacitación técnica de personal para la continuidad del programa y el emprendimiento de iniciativas similares en otros lugares del país. Además, es importante el hecho de que el monitoreo constante que realiza Audubon de Venezuela en Portachuelos ha permitido tener una idea más clara de como ocurren los procesos migratorios en la Cordillera de la Costa, así como de la longevidad y supervivencia de las especies involucradas. Cerca de 50.000 aves han sido anilladas durante todo este proceso, lo que ha permito levantar una importante base de datos que contiene información de gran valor y que puede ser utilizada para trazar estrategias de conservación efectivas para estas especies y el Parque Nacional Henri Pittier.
El notorio y constante trabajo que ha realizado Adubon de Venezuela, el Dr. Lentino, y cada uno de los técnicos, voluntarios y colaboradores del programa de anillado en Portachuelos desde 1990, ha contribuido con la importancia de mantener acciones locales con una visión global, que permitan tener una idea más amplia de lo que ocurre en lugares clave para las especies y en cómo esta realidad se puede conectar en un mapa más amplio. Este programa fomenta la participación y capacitación de nuevas generaciones que tendrán la responsabilidad de, no sólo mantener y potenciar el programa de anillado, sino de proponer soluciones efectivas y acordes con la realidad de nuestra región para la conservación de las aves, así como también de crear mecanismos de participación ciudadana que permitan el desarrollo sostenible de las comunidades, donde herramientas como la observación de aves, llevado de forma responsable, pudiera ser una alternativa válida para el crecimiento de la economía local de la mano de la conservación de nuestra diversidad biológica y cultural.
Drai Cabello
Asoc. Civil ConBiVe
www.ConBiVe.org
d.cabello@conbive.org
@ConBiVe
@DraiCabello
Cortesía de Alberto Blanco Dávila // Revista Río Verde.
Website: www.gruporioverde.com
Twitter: @revistaRioVerde