La basura: problema ambiental de Venezuela. Alejandro Luy

En Venezuela, aun cuando se reconocen diversos problemas ambientales, existe un destacado consenso en que es la “basura” el principal de ellos, ya que tiene una incidencia directa o indirecta en la población de comunidades rurales o urbanas, de cualquier estrato socio económico.  Por ello es el que más “se cruza” con el día a día de la mayoría de los venezolanos.  Además es, junto con la disponibilidad y calidad del agua, el que tiene mayores efectos en el bienestar humano y la salud.

Este problema se inicia en una gran proporción en nuestros hogares, como consecuencia de las actividades diarias que realizamos.  Se estima que cada habitante del país genera entre 800 gramos y 1 kilo de basura al día, por lo que diariamente debemos lidiar con unas 25 toneladas de desperdicio que deben ser recolectadas y transportadas hasta sitios de disposición final o incorporadas a procesos de reutilización o reciclaje.  Los desechos de origen doméstico corresponden entre un 50 y un 75% de toda la basura que se produce en el país.

Y esa cantidad que cada uno genera, ¿es mucha o poca? Esa pregunta es difícil responder si no tenemos puntos de comparación.  Sin embargo, si revisamos los datos del Instituto Nacional de Estadística, los venezolanos duplicamos la generación de residuos sólidos en sólo siete años, pasando de casi medio kilo por habitante por día en el año 2000 a casi un kilo en el 2007.  Por tanto la primera conclusión es que parece que cada día contribuimos en agravar la situación.
En el problema de la basura, los municipios juegan un papel muy importante ya que ellos son responsables de ejecutar un plan de gestión que involucra la recolección, regular y de manera adecuada, y el manejo de la basura. 

Una acción poco considerada:  la disposición
Pero el problema ambiental de la basura en Venezuela no se limita a lo que afecta al ciudadano como consecuencia de las fallas en las rutas, horarios y regularidad de la recolección, sino que se extiende a las áreas de disposición final de los residuos.

Como señala un Informe de la Red de Organizaciones Ambientalistas de Venezuela (Red Ara) de 2011, “la mayor parte de la basura que se produce en el país se lleva a basureros a cielo abierto donde no se hace un correcto tratamiento de los mismos, generando contaminación de suelos y aguas…”.  Todo lo anterior forma parte del otro efecto, el menos visible, del problema de la basura en Venezuela.

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística para 2007 en Venezuela existían 311 sitios de disposición final de la basura.  De ellos solo 95 eran considerados rellenos sanitarios, los cuales hacen un manejo técnico de los desechos evitando la contaminación de suelos y aguas.  Los otros corresponden a 136 vertederos y 80 botaderos a cielo abierto.

Adicionalmente, en los vertederos y botaderos suelen ocurrir quemas, tanto espontáneas como inducidas, que causan la contaminación del aire, lo cual tiene efectos significativos particularmente en la salud de niños y ancianos quienes ven afectadas las vías respiratorias.

No menos importante son los problemas sociales que ocurren en muchos de esos espacios donde trabajadores informales se dedican a extraer de la basura – sin medidas de prevención – aquellos objetos que pueden ser vendidos para procesos de reciclaje.

La basura y el cambio climático

El cambio climático es generado por el incremento de una serie de gases llamados de “efecto invernadero” los cuales son responsables del aumento de la temperatura del planeta.  Uno de esos gases es el metano, cuyo principal fuente de generación es la descomposición de la materia orgánica.

Aunque Venezuela no está dentro de los principales países productores de gases de efecto invernadero, a la hora de evaluar el problema de la basura y su incidencia en el entorno es necesario incorporar el impacto que tienen los vertederos y botaderos manejados de manera deficiente como generadores de metano.

A manera de conclusión podemos decir que la basura es uno de los problemas más complejos y con mayor incidencia, directa e indirecta, en la calidad de vida de los venezolanos, y por tanto es necesario la integración de actividades divulgativas, educativas, políticas, comunitarias y técnicas para minimizar sus efectos sociales, económicos y ambientales.

Artículo publicadoi en la Revista Vecino saludable Julio – Agosto 2012