Los gobiernos no saben operar los microcréditos. Entrevista a Salomón Raydan.

« No somos un programa de microfinanzas porque no damos crédito, lo que hacemos es apoyar el autofinanciamiento porque los recursos parten de la misma gente”, explica Salomón Raydán, quien para muchos es considerado como el padre del microfinanciamiento en Venezuela.
Prácticamente podrí­a decirse que hablar de los microcréditos se hizo notorio con la llegada del presidente Hugo Chávez al poder en 1999, con la creación del Banco del Pueblo Soberano, pero al sector microfinaciero ­a criterio de este experto­ no ha tenido el despegue que se preveía en el Gobierno, ni siquiera con la creación del Poder Comunal.
Raydan cuestiona la forma como el Ejecutivo nacional emprendió medidas con el objetivo de fomentar esta actividad, que en otros países tiene décadas, como Bolivia, con una experiencia de 25 años, o la de hombres como Mohammad Yunus, quien se ganó el Premio Nobel de la Paz por su trabajo con el Grameen Bank en Bangladesh “Los gobiernos no saben operar los microcréditos, eso está probado y lo ha dicho Yunus hasta la saciedad”, afirma Raydán. “Cuando un gobierno interviene en este tipo de programas lo daña y las experiencias que directamente ha impulsado el Estado no han sido muy eficientes porque no se entiende las microfinanzas o se parte de ideas equivocadas”, agrega.

La otra isla

Las primeras referencias de las microfinanzas comenzaron a mediados de los años noventa impulsadas por Salomón Raydán en la isla de Margarita, y la gente del Banco del Caribe ­hoy Bancaribe­ con la iniciativa de Bangente.
En abril de 1996 ­justo el mismo mes que el presidente Rafael Caldera impulsó sus medidas de ajuste bajo el plan que se llamó Agenda Venezuela­ en el estado Nueva Esparta se creaba la Fundación de Financiamiento Rural, que serí­a la institución encargada de difundir la metodologí­a de los “bankomunales”, como en esta organización llaman a los grupos de autogestión financiera.
“Nos montamos sobre mecanismos informales como el san, en el que existe un recurso económico y lo que hicimos fue convertir eso en una metodología o en un programa educativo orientado fortalecer un servicio financiero a una buena parte de la población que está excluida del sector bancario”, comenta Raydán, quien está al frente de la presidencia de Fundefir.
En la actualidad, la experiencia de los bankomunales se ha extendido a 10 regiones del país y agrupa a 150 organizaciones, que incluyen desde experiencias urbanas en comunidades de Petare y El Pedregal en Caracas, grupos de pescadores en Carúpano, Río Caribe y Güiria en el estado Sucre, entre comunidades indí­genas como los wuayuus o los waraos; o centros campesinos en el estado Guárico.
Explica que uno de los aspectos que difunden entre los grupos que se organizan para crear su bankomunal es la idea de que exista autorregulación entre los integrantes. “Yo puedo tener a la Madre Teresa administrando fondos, pero sí­ no se tienen sistemas que supervisen y a nadie a quién rendirle cuentas, en algún momento pueden presentarse problemas.
Por esto dotamos a la gente de los instrumentos para que se autoregule y la metodologí­a está desarrollada con ese fin”, señala.

Entrevista realizada por ANDRÉS ROJAS JIMÉNEZ (arojas@el-nacional.com)