El desfile de promesas que hicieron la semana pasada numerosos gobiernos en la Sede de Naciones Unidas en Nueva York a favor del cambio climático, fue un preámbulo a la Conferencia que se realizara el año próximo en Paris para decidir el acuerdo internacional de reducción de las emisiones de gases de invernadero.
Lo interesante, esta vez, no son estas promesas, que ya se han escuchado antes, sino que en los últimos años, muchas empresas que antes eran escépticas ahora reconocen los riesgos del cambio climático y están trabajado para mejorar su eficiencia energética y la sostenibilidad. Esa misma semana, varias empresas han anunciado nuevos esfuerzos para financiar energías limpias y reducir las emisiones de dióxido de carbono.
Por ejemplo, Bank of America anunció el lanzamiento de una iniciativa para impulsar al menos 10 mil millones de dólares de nuevas inversiones en proyectos de energía limpia. Hewlett Packard anunció planes para reducir la intensidad de las emisiones de su cartera de productos en un 40 por ciento para el año 2020, con respecto a 2010.
Muchas empresas se unieron para adoptar diversas posturas: más de 1.000 empresas se unieron a 73 países y 22 estados, provincias y ciudades en la firma de una declaración del Banco Mundial a favor de ponerle un precio a las emisiones de dióxido de carbono. Entre ellos se encuentran: Alstom, Areva, Bayer, BP, Holcim, Johnson, PG&E, Río Tinto y Royal Dutch Shell. Asimismo, cuarenta compañías transnacionales, entre ellas la mayor productora de aceite de palma, se comprometió a ayudar a detener la deforestación tropical. Una coalición de empresas de almacenamiento de alimentos anunció que reducirá sus emisiones mediante la sustitución del tipo de refrigerante que utiliza. También, seis compañías de energía internacionales acordaron asociarse con más de una docena los gobiernos nacionales para reducir las emisiones de metano.
¿Cómo se explica esta actitud de las empresas? Porque su éxito depende de ello. Son empresas que ya enfrentan los riesgos de la alteración del clima: las olas de calor cada vez más intensas, las inundaciones costeras y otros tipos de condiciones climáticas extremas interrumpen sus actividades y las cadenas de abastecimiento y distribución, ocasionando daños y aumentando los costos.
Todos estos anuncios realizados por las empresas son importantes. Sin embargo, por sí solos no son suficientes. Para alcanzar logros importantes en la reducción de emisiones se requiere principalmente de la acción de los gobiernos en todos los niveles, local, estatal, nacional e internacional, adoptando políticas y medidas que permitan potenciar la reducción de emisiones, el desarrollo de energía limpia, y aumentar la resistencia a los impactos del cambio climático. Las promesas y los anuncios parecen enrumbar al mundo en la senda que hemos estado recomendando quienes trabajamos en este asunto desde hace 20 años o más. Pero la última palabra no está dicha aun. China, el principal emisor mundial ni siquiera hizo acto de presencia en la ONU, lo cual puede interpretarse como que ni siquiera está dispuesto hacer promesas y nuestro país, junto a los miembros del ALBA, sigue con el equivocado e inútil discurso del socialismo, mientras cada vez queda menos tiempo para la decisión de Paris.