Los mejores años de mi vida. Juan Posada

Para una persona que se considera bendecida por la vida, decir que los mejores de sus 54 años transcurrieron en una pequeña isla de 100 x 500 metros cuadrados es todo un reconocimiento a la institución que lo hizo posible.  Allí llegué como un prepotente biólogo recién graduado y salí como un ser humano sensibilizado con la fragilidad del ecosistema marino y los recursos naturales que allí se encuentran, así como comprometido a trabajar de la mano con las comunidades que se desenvuelven en esos espacios.
Estoy hablando de la Estación de Biología Marina Dos Mosquises (EBMDM) y de la Fundación Científica Los Roques (FCLR). En la primera me desempeñe como jefe de estación entre 1986 (enero) y 1989 (diciembre), mientras que a la segunda he estado vinculado desde entonces, primero como empleado, luego como investigador asociado y representante del Comité Científico ante su Junta Directiva. Siempre como amigo.
No voy a recopilar aquí todos los aportes que ha hecho la FCLR desde que llegó como pionera al archipiélago en 1963, pues esa información se puede encontrar en internet (http://www.fundacionlosroques.org/). Tampoco tengo espacio aquí para plasmar todas las vivencias y enseñanzas que me quedaron de mi paso de 4 años por la estación, que me llevan a calificarlos como los mejores de mi vida, simplemente porque fueron la base de quien soy hoy en día.
Si quiero comentar que mi paso por la estación me permitió hacer los méritos que me permitieron ser aceptado como estudiante de doctorado en la Universidad de Puerto Rico y ser becario del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT). Y como persona agradecida con quien le tiende una mano, regresé a Venezuela en el año de 1987, y comencé a trabajar como investigador y docente en la Universidad Simón Bolívar, continuando con la investigación que venía desarrollando en el archipiélago, ahora en compañía de números entusiastas estudiantes y colegas, siempre con el apoyo de la FCLR y desde la EBMDM.
Es por ello que hoy rechazo la decisión del Gobierno Nacional de revocar la concesión que le fue otorgada a dicha institución para hacer usufructo de los espacios ubicados en las islas de los Dos Mosquises, particularmente en Dos Mosquises Sur, en beneficio del Parque Nacional que ayudó a crear en el año de 1972, así como de los recursos que llegó a estudiar y proponer medidas para su manejo sostenible y de la comunidad con la que compartió enseñanzas y aprendizajes.
En mi casa me enseñaron que las buenas acciones se premian y las malas de castigan.  Por ello no entiendo el que hoy se ponga de lado todo el trabajo realizado, el cual se llevó a cabo de manera impecable y respetuosa, independientemente del gobierno de turno, incluyendo el actual.  Quedará para la historia juzgar quien hizo bien y quien hizo mal. Yo sigo adelante con las enseñanzas y compromisos primarios que adquirí durante mi paso por la EBMDM y la FCLR, pero lamentablemente desde agosto de 2011 lo hago en otro país, igual que me hubiera ido de mi casa si me hubiesen castigado por portarme bien.