En Dos Mosquises. Alejandro Luy

En 1992, trabajando en la Sociedad Conservacionista Audubon de Venezuela diseñé un proyecto para evaluar el uso de los diferentes hábitat del Parque Nacional Archipiélago de Los Roques por la avifauna.
Para que el proyecto se pudiera ejecutar contamos con el financiamiento de la hoy desaparecida organización no gubernamental (ONG) Econatura, que apoyaba con recursos económicos estudios de investigación en parques nacionales y otras áreas protegidas a fin de contribuir en su conocimiento y conservación, y el apoyo logístico de la Fundación Científica Los Roques y de su personal, incluyendo a quienes habitaban la Estación Biológica de Dos Mosquises.
Acompañado de Moncho, guía y lanchero, tuve la posibilidad de recorrer un amplio sector del extremo sur oeste, el más cercano a la pequeña Dos Mosquises. Caminar entre manglares, en playas rocosas y arenosas, así como las lagunas interiores que suelen encontrarse en los cayos Carenero, Bequeve, Los Canquises, Cayo Sal, Isla Larga, Carenero y Selesquí nos permitió inventariar a la avifauna, lo que incluyó un nuevo registro para el parque, conocer los tamaños de colonias de las especies de boba y del alcatraz, y hacer mediciones de huevos de esas especies así como de algunas gaviotas y aves playeras.
En este trabajo me acompañaron Mary Lou Goodwin, Miguel Lentino y Almira Hoogesteijn, entre otros voluntarios que nunca faltaron por la atracción que Los Roques generan.
Los resultados con sus recomendaciones, entregados en su momento al Instituto Nacional de Parques y publicados, son un ejemplo del aporte que puede tener la investigación científica para el diseño o la actualización de los planes de ordenación y manejo de un parque nacional u otra área protegida. Esos aportes, logrados a partir del trabajo de ONG como Econatura, Audubon y la Fundación Científica Los Roques junto al apoyo económico de patrocinantes privados, es una medida de como la sociedad civil organizada suma a los logros de conservación y desarrollo de un país.
No fuimos los únicos en beneficiarnos de la presencia de la Fundación Científica Los Roques en Dos Mosquises, y nuestro proyecto quizás es de los menos importantes de todos los que se realizaron en alianza con esta ONG para el bien del Parque Nacional Archipiélago de Los Roques. Análisis de poblaciones de especies amenazadas como el botuto, aportes para el manejo de la langosta, proyectos de conservación de tortuga marina son parte del rico inventario de lo que entregó la Fundación Científica Los Roques y sus aliados en la conservación del parque nacional, de cuya creación también fueron impulsores.
Desde el 30 de junio corre el lapso de 3 meses para que la Fundación Científica Los Roques desaloje la Estación Biológica de Dos Mosquises, una orden legal pero injusta al no evaluar lo que ha dado la institución y sus instalaciones a favor del parque. La buena noticia es que hay una oportunidad en el tiempo que resta, un poco menos de 90 días, para que las autoridades del Territorio Insular Francisco de Miranda, el Ministerio de Agricultura y Tierras, y hasta el Instituto Nacional de Parques (quien pareciera ajeno a esta situación con efectos en el área que administra), para buscar un acuerdo con la Fundación Científica Los Roques que beneficie la conservación de la diversidad biológica de Venezuela representada en Parque Nacional Archipiélago de Los Roques.
Después de solicitar ese diálogo, quienes valoramos el trabajo de la Fundación Científica Los Roques solo podemos ser optimistas y esperar.