Matríz energética y cambio climático
Evelyn Pallota
Los sucesos naturales nos vienen demostrando a escala global, de una forma cada vez más marcada, que hay que decidir oportunamente con criterio holístico sobre qué hacer para controlar o ir eliminando los factores que generan el cambio climático.
En el caso particular de nuestro país y todos los productores de petróleo, nadie puede hacerse el loco con los efectos del cambio climático argumentando que emitimos muy poco CO2 a la atmósfera ?gas con efecto invernadero?, porque si de cuentas se trata hay que sacarlas todas y abordar el renglón de las “emisiones potenciales exportadas”; de esta forma, cuando vendemos 475 mil barriles/día de productos refinados derivados del petróleo, suponiendo que todos ellos se transforman en gasolina, al quemarse producen 174 mil toneladas de CO2.
Hacer este ejercicio matemático simple, pero revelador de cifras contundentes, nos apunta a que lo sensato parece ser reinventarnos a tiempo y conducir nuestro futuro energético?climático?social desde hoy, adaptándonos progresivamente a las nuevas condiciones socio?ambientales y económicas, y generar fondos de inversión para financiar la investigación que nos permita comercializar un producto menos o no contaminante, tener un modelo de desarrollo sustentable y estilos de vida más verdes y más democráticos.
La viga en el ojo
¿Cómo podemos ver solo la paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el nuestro? El cambio climático nos obliga a considerar el problema en su totalidad y con un alcance transfronterizo, no por partes aisladas ni descontextualizado.
Es por eso que en materia ambiental se estudian los productos desde su origen, a su generador, quien tiene responsabilidad socio?ambiental hasta que concluye el ciclo vida del producto generado. Se hace con la basura, se hace con las aguas servidas, con las pilas desechables, y el combustible no es la excepción.
También es por eso que se hacen análisis de entorno, ¿cómo metaboliza la sociedad local y global el impacto de un producto contaminante? La respuesta a esta interrogante puede ser que el comportamiento del consumidor, quien decide si consumir o no el producto, regula su consumo o aprieta hasta encontrar una mejor opción.
En Venezuela vivimos rentísticamente solo de vender petróleo y sus derivados. Eso representa emisiones de CO2 para el mundo, un mundo que tiende cada vez más a protegerse de ellas, de sus consecuencias y de los altos precios del petróleo, que seguirán en aumento, entre otras cosas debido a los incrementos exponenciales en costos de extracción y de entrega al consumidor.
Como diría el poeta: “En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color, del cristal con que se mira” (Ramón de Campoamor, Gobernador de Castellón, siglo XIX).
La ecuación: matriz energética?cambio climático
Hay dos factores que pertenecen a una misma ecuación, pero cuál de ellos es el más importante: uno, seguir generando sin control dióxido de carbono a la atmósfera, cosa que ésta es cada vez menos capaz de aceptarlo sin causar efectos drásticos socio?ambientales, y hacernos los locos, dado que estamos en una “zona de confort económico y productiva”, o el otro factor, tomar decisiones oportunas, cuantificables y controlables para no seguir generando dióxido de carbono, o controlarlo antes que los posibles compradores opten por usar otras fuentes de energía, innoven o racionalicen progresivamente su consumo.
Aquí estamos hablando de diversificación de la matriz energética como una opción para no sobrepasar la capacidad de carga de la atmósfera y que esto se devuelva aumentando las inundaciones y sequías extremas, tornados, ciclones, y otros que inciden directamente en la seguridad alimentaria, social y gobernabilidad de los países. Así que unos por consumir combustibles fósiles en exceso, otros por generarlo, todos estamos atados a una misma cuerda, a un mismo destino.
La solución no está en quién lo produce y quién lo consume, ambos generan el problema, aunque también ambos se pudieran poner de acuerdo para mitigarlo y para invertir en nuevas tecnologías que lo puedan resolver. La solución pudiera focalizarse en la diversificación estratégica de la matriz energética, y es a lo que está tendiendo de forma cada vez más acelerada el mundo entero.
La innombrable A lo descrito se le superpone un factor presente mundialmente, representado por el concepto de dictadura petrolera, petropolítica, el cual rueda cada vez más, generando presiones sociales y roncha diplomática. La bendición de tener petróleo no debe convertirse en una maldición ni distorsionar las prioridades políticas, educativas, innovadoras o de desarrollo del país, mucho menos hacer que todo gire alrededor de una persona, controladora del recurso.
Si de imperialismos hablamos, hablemos de todos ellos y de todas sus formas; pero chiiiiiiito, de eso no se habla. Todos los escenarios hay que abordarlos y evaluarlos estratégicamente, porque, al fin y al cabo, mientras sigamos solo hablando y se siga usando al petróleo solamente como arma geopolítica, el CO2 sigue acumulándose implacablemente y causando sus efectos.
Invertir en o estimular el uso de energías alternativas mitiga transicionalmente los efectos del cambio climático y promueve la vieja estrategia de poner huevos en diferentes cestas.
Observemos que una parte del mundo no ve solo hacia el petróleo, el gas y el carbón, lo conocido y lo seguro por ahora; se volteó hacia la diversificación de la matriz energética, más allá inclusive de la necesidad ambiental, buscando soberanía, progreso, equilibrio, independencia, no con batallas de a caballo o con máquinas de guerra, sino innovando, creando o investigando, educándose, cambiando hábitos de vida y modelos de desarrollo.
La buena noticia para unos, pero mala para otros, es que lo están alcanzando; como especie humana hemos sobrevivido a eras peores. El presente marcador de futuro Todo sistema tiende al equilibrio, a un re?arreglo estructural y relacional o funcional, cuando sus componentes se desequilibran, no olvidemos que el mundo es un sistema y que esta ley natural es implacable, es solo cuestión de tiempo alcanzarlo.
Los cambios no se pueden parar, lo inteligente es conducirlos. ¿Será el cambio climático el factor que le ponga el cascabel al gato energético, democrático y al desarrollo económico? En Venezuela solo seremos libres el día en que no dependamos de la venta del petróleo para subsistir como pueblo.
Modificar la matriz energética es una opción global, no hay que esperar que se consolide más esta opción, que bajen los precios del petróleo o que nos arropen los efectos del cambio climático para invertir en sustentabilidad: educación, apoyo del emprendimiento, empuje de la transparencia, fortalecimiento de nuestras instituciones, estimulación de la libertad de discusión, activación de la creación de ONG, fortalecimiento del poder judicial, promoción a la formación de nuevos y mejores partidos políticos, o para ser más humildes sin dejar de ser firmes en nuestras relaciones internacionales.
El desarrollo de energías alternativas, limpias, viene a ser una opción para mitigar los efectos del cambio climático, un catalizador para los precios del petróleo y un estímulo para revertir la recesión democrática provocada por los altos precios del petróleo en países poseedores del recurso.
Fuente Entorno inteligente