Parques Nacionales: Una oportunidad para invertir en el bienestar de los venezolanos. Viviana Salas

Los parques nacionales están presentes en nuestra vida cotidiana, aunque en la mayoría de los casos no estamos conscientes de ello. Seguramente cuando nos bañamos no estamos pensando que más del 80% del agua que utilizamos se origina en los ecosistemas protegidos por los parques nacionales.

Cuando preparamos la comida, nuestra visión no va más allá del lugar donde compramos los insumos, no pensamos en el agua necesaria para el riego de los cultivos. Tampoco nos damos cuenta de que al usar la nevera o prender el televisor, estamos disfrutando de la energía eléctrica, que en nuestro país proviene del agua generada por los parques nacionales en un 80%. Quizás sólo nos sentimos cerca de los parques cuando los visitamos o los vemos desde nuestra casa.

A lo largo del país hay ejemplos del aporte que hacen 43 parques nacionales al bienestar de los venezolanos. Aproximadamente la mitad de los parques suministran los requerimientos de agua a más de 20 millones de venezolanos que viven en los principales centros urbanos del país. En el caso del Parque Nacional Guatopo (estados Guárico y Miranda), 120 mil hectáreas de bosques producen agua para 4 millones de habitantes en Caracas.

La producción de bienes básicos para la dieta del venezolano es posible gracias al agua que proveen nuestros parques nacionales. El Parque Nacional Dinira conserva 45 mil hectáreas de bosques y páramos que generan agua para el riego de las zonas agrícolas del estado Lara, donde se produce la mayoría de la cebolla y el pimentón consumido en Venezuela. En el estado Mérida, los parques Sierra de la Culata y Sierra Nevada protegen 470 mil hectáreas de bosques y páramos que abastecen de agua a 3 millones de hectáreas con vocación agrícola para el cultivo de la papa.

Contar con energía hidroeléctrica implica que los venezolanos utilizamos energía más limpia y ahorramos petróleo. El 70% de la energía eléctrica de Venezuela proviene de la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar. Un tercio del área de captura del agua del Embalse Guri forma parte del Parque Nacional Canaima (estado Bolívar). Además en la Central Hidroeléctrica Leonardo Ruiz Pineda se produce el 10% de la energía eléctrica de Venezuela. Sus embalses son alimentados por los parques nacionales Tapo-Caparo y páramos Batallón y La Negra (estados Mérida y Táchira). En el primer caso, sería necesario consumir alrededor de 500 mil barriles diarios de petróleo (bpd) para producir una energía equivalente a través de centrales termoeléctricas, mientras que en el otro caso se requerirían 75 mil bpd.

La conservación de los parques nacionales es el mejor camino para impulsar el turismo y garantizar fuentes de empleo para las comunidades. Los parques Sierra de la Culata y Sierra Nevada ofrecen una oportunidad única para el turismo rural comunitario del que se benefician más de 1.000 personas, agrupadas en más de 100 microempresas turísticas familiares. En el Parque Nacional Morrocoy (estado Falcón) el 80% de las familias de poblados autóctonos dentro del parque recibe ingresos del turismo, mientras que en el parque Archipiélago de Los Roques, esta cifra llega al 40%. Como ejemplos de las oportunidades que ofrece el patrimonio natural y cultural que protegen nuestros parques, tenemos que en el parque Henri Pittier se pueden observar 200 especies de aves diferentes en tres días de visita, mientras que el parque San Esteban nos permite estar en contacto con nuestra herencia cultural por ser la zona con mayor densidad de petroglifos del país.

Los parques nacionales han sido la clave para proteger los recursos naturales y culturales de nuestro planeta. Basta con observar la diferencia en el uso de la tierra en los linderos de los parques o las imágenes de satélite que muestran a los parques y sus alrededores. Sin embargo, estas áreas naturales protegidas no escapan a la tendencia demostrada por la Evaluación del Milenio en la que todos los ecosistemas del mundo han sufrido transformaciones profundas en los últimos 50 años. Deforestación, cambios de uso de la tierra, extracción ilegal de recursos y contaminación son algunos de los efectos negativos causados por los seres humanos. Pero la propuesta no debe ser “cercar los parques para salvarlos de la gente”, aunque sí hay que tener en cuenta que “para salvar a la gente no es necesario perder los parques”. Es necesario lograr una armoniosa convivencia entre los parques y la gente.

Ahora bien, los parques nacionales son grandes extensiones que cubren aproximadamente el 15% del territorio venezolano. Están dispersos a lo largo y ancho del país y cada parque tiene una realidad particular. Por ello, no es tarea fácil proteger a los ecosistemas contenidos en ellos. Dentro de los tres derechos ambientales consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el Estado se compromete a la protección de los parques nacionales (artículo 127) y resalta la importancia de la planificación ambiental y la premisa del desarrollo sustentable, asumiendo a los parques como parte del espacio geográfico de manera integrada (artículo 128).

Aunque existe una importante inversión pública para el funcionamiento de los parques nacionales de Venezuela, no resulta suficiente. Se requiere apoyo político y financiero de los distintos sectores de la sociedad para asegurar la conservación de estas áreas estratégicas con el fin de alcanzar el desarrollo sustentable de nuestro país. Este modelo de desarrollo tiene en cuenta la dimensión ambiental, la económica y la social, por lo que cada actor debe actuar más allá de las fronteras de sus instituciones. En diversos países de Centro y Sur América, organismos públicos, organizaciones comunitarias, organizaciones de la sociedad civil, instituciones educativas y empresas privadas, han demostrado que pueden trabajar en forma conjunta en la generación de recursos financieros para desarrollar proyectos sociales y ambientales en las áreas naturales protegidas, mediante fondos ambientales. Esperamos que Venezuela siga este ejemplo para que a través de la conservación de los parques nacionales de nuestro país logremos un objetivo común: el bienestar de todos los venezolanos.

Por: Viviana Salas, Directora Ejecutiva de la Asociación Civil BioParques
Publicado en la edición Nº7 de Revista RSE Venezuela

Julio 2011

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