Cinco nexos entre el COVID-19 y el cambio climático. María Eugenia Rinaudo

Título completo

Cinco nexos entre el COVID-2019 y el cambio climático para transitar hacia la sostenibilidad

El 2020 se presenta como un año contundente para la toma de decisiones
en materia ambiental, pues los países del mundo deben presentar ante la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), las actualizaciones de sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDCs), en donde tienen el reto no solo de aumentar la ambición para reducir emisiones para el año 2030 sino también de incorporar elementos transversales y sinérgicos que permitan desafiar al cambio climático desde varias perspectivas. Sería absurdo pensar que un país solo se enfocará en la emergencia climática sin contemplar
acciones dirigidas a la economía, a la tecnología o a la salud.
La crisis sanitaria derivada por el COVID-19, generará sin lugar a dudas,
replanteamientos y cuestionamientos sobre muchas de nuestras acciones a escala planetaria pues tanto esta pandemia como las demás emergencias globales que estamos afrontando desde hace algunos años, provienen del complejo modelo de desarrollo y crecimiento que hemos propiciado a expensas de la naturaleza.
La ciencia nos ha venido alertando. Si continuamos con las tendencias actuales de aumento de temperatura, pérdida de biodiversidad y degradación de hábitats, es muy probable que repitamos otra historia similar a la que vivimos con esta epidemia. Y por esa razón, necesitamos contar con sistemas económicos, políticos y sociales más resilientes.
El efecto catalizador que tiene el cambio climático sobre los sistemas sociales y naturales del planeta, han permitido que se acumulen transformaciones durante años y esto ha originado que se intensifiquen tensiones sobre la salud de los ecosistemas y de las personas al exponernos a patógenos que desconocemos por completo. Las interconexiones que existen entre la crisis derivada por el coronavirus y las particularidades propias de un planeta que cambia constantemente, nos permite ser conscientes en que debemos tomar decisiones sistémicas para integrar acciones que generen beneficios múltiples y mitiguen efectos de las otras emergencias globales.
Dicho de otro modo, debemos tomar acciones pensando en la compleja gobernanza del Siglo XXI para reducir los altos índices de pobreza, promover procesos eficientes de seguridad alimentaria e hídrica, mejorar los sistemas de salud y frenar la contaminación. De esta forma, estaremos contribuyendo a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenibles al 2030. En pleno Antropoceno, época de disrupciones, inestabilidades e incertidumbres con mucha influencia en lo social y económico, se deben impulsar cambios colectivos y replanteamiento de prioridades en materia de sostenibilidad, en las que indudablemente se encuentra la salud humana y ambiental.
Nuestro reto como civilización es gestionar los efectos que ya son “inevitables”, -aquellos que ya forman parte de nuestro futuro-, y evitar los efectos que serían auténticamente “ingobernables”. Por esta razón, a continuación exploro cinco nexos entre la crisis derivada por el COVID-2019 y el cambio climático / biodiversidad que desde una perspectiva de sostenibilidad, nos permitirán acercarnos a diseñar transiciones hacia un mundo más resiliente.

Descargue el documento